martes, 15 de febrero de 2011

Barlowintou, 31 de Octubre de 1973.

Estoy que no quepo de gozo. Hoy es mi día favorito del año, porque puedo mostrar mi personalidad tal y como es, como el zombie que siempre he sentido que soy. Incluso cuando camino, a veces e involuntariamente, lo hago como arrastrando una pierna y algo encorvado. Tengo la piel muy pálida, mi comida favorita es la carne, no soporto las verduras ni las hortalizas, siempre ando como dormido, tengo unas ojeras espantosas porque tengo insomnio,… en fin, soy lo que siempre he amado. Siempre desde pequeño me encantaron los zombies.
En breves momentos voy a salir mis amigos. Nos vamos a disfrazar cada uno de un personaje de terror y vamos a ir asustando a la gente, incluso tenemos planeado ir al viejo cementerio de nuestro pueblo. Mi amiga Nati irá con su jersey de rayas rojas y negras, su sombrero y sus cuchillas, ella será Freddy Kruger. Luis, con sus colmillos y su capa, el Conde Drácula. Damián, con su máscara blanca y su motosierra, será Jason Voorhes, y yo, como no podía ser de otro modo y siguiendo mi tradición de todos los 31 de octubre, con mi ropa ensangrentada, mi cara llena de cicatrices y de heridas, y mis raros andares, un zombie. Esta noche va a ser genial.
Justo cuando iba a salir de casa, me llamo mi madre. Me dice que tenga cuidado y que sea responsable, dice que en Halloween anda mucho loco suelto y unas cuantas cosas más. No sé porqué le gusta tan poco Halloween.




Después de mucho caminar y ver mucho niño disfrazado intentando asustarme, llegué a la plaza, donde se encontraban mis amigos. Tras mucho debate, conseguimos ponernos de acuerdo y decidimos ir al viejo cementerio.
Allí estábamos, comiendo las golosinas que nos dieron las viejas a las que les tocamos la puerta, aunque había mucha tacaña suelta... a una de ellas, le pedimos caramelos, y nos dijo “aaah no mi niño, yo ya no tengo tiempo para esas cosas, y con la pensión no me da para caramelos”, desde luego... en fin, nos pasamos media noche allí de juerga, para muchos sería el lugar menos apropiado, pero para nosotros era el mejor, todos compartíamos el gusto por lo siniestro y lo macabro.




De repente, bajo mis pies el suelo empezó a moverse y vi salir una mano del suelo. ¡No me lo podía creer, algo debimos de hacer, que despertamos a los que dormían plácidamente!
Empezaron a levantarse “caminantes” y se movían, como si no estuviéramos allí, hasta que de repente, una mujer que me resultaba conocida se dio cuenta, y comenzaron a perseguirnos. Más que asustado, yo estaba fascinado, hipnotizado contemplando aquel espectáculo. Nati me dijo que corriera, pero estaba paralizado. Damián me agarró del brazo y salimos corriendo sin mirar atrás. Fuimos todos a mi casa, por lo que mi madre se quedó sorprendida. Decidimos contarle lo que había pasado. Después de una buena regañina, y de mucho gritarnos por la idea de ir al cementerio se quedó en silencio, y lo único que dijo fue:
No, otra vez no…
Todos nos quedamos mirándonos en silencio, y luego me miraron a mí. Le pregunté a mi madre que qué había ocurrido. Dijo:
Tal día como hoy, hace veinte años, sucedió que, unos chavales como vosotros también fueron al antiguo cementerio, aunque por aquel entonces, estaba casi recién construido. Algo debieron hacer, que al día siguiente, cuando todo el mundo despertó, las calles estaban plagadas de caminantes. Nos dijeron que debíamos abandonar Barlowintou, pero el cuánto el problema se solucionó, y nadie supo nunca el cómo, volvimos porque teníamos todas nuestras vidas aquí. Aunque muchos dijimos que había que destruir el cementerio, no nos hicieron caso, y como hace dos décadas, otra vez , han despertado los caminantes.




lunes, 14 de febrero de 2011

El chico de la máscara


Como todos los días me levanté a las 7:30 con mi novio al lado. Fue una noche movida, tuvimos que ir a un velatorio de una abuela de un amigo, que se había muerto ese mismo día. Cuando estábamos en el velatorio sentí una cosa muy extraña, como si alguien intentase agarrarme. Me levanté de la silla y fui a sentarme en el banco que estaba fuera. Cuando me senté noté como si alguien estuviera al lado mío. Entonces llamé a mi novio para que saliera para fuera haber si el también notaba esa presencia rara. Cuando salió dijo que quien era el chico ese que estaba al lado mío. Y cuando miré a la izquierda mía había un chico algo extraño, con una máscara puesta. Le pregunté quién era pero no me contestó. Cuando se intentaba quitar la máscara, llegó el amigo de mi novio. Pero cuando miré haber si se había quitado la máscara ya no estaba. Mi novio y yo le dijimos al amigo que nos íbamos porque teníamos algunas cosas que hacer. Cuando llegamos a mi casa eran las 2:17 de la mañana, me fui a bañar y cuando terminé de bañarme mi novio ya estaba dormido. Me acosté al lado de él y cerré los ojos. Estuve pensando en el chico de la máscara, sabía que la abuela del amigo de mi novio no era. No sabía que pintaba ese chico allí en ese velatorio con esa máscara puesta. Intenté dormirme pero de repente se encendió la televisión. Mi novio se despertó y me pregunto que para que la había encendido. Yo le dije que no la había encendido y de repente salieron unos hombres con unas máscaras, no se escuchaba nada, parecía como si estuviesen matando a un cuervo o algún pájaro negro. Apagué la televisión y encendí la luz. Mi novio y yo estuvimos hablando un rato del chico de la máscara que habíamos visto en el velatorio. Y de repente apareció. No dijo absolutamente nada, sólo intentaba quitarse la máscara. Como no podía mi novio quiso ayudarlo pero el chico se apartó. Yo le pregunté varias cosas a las cual no contestó. Le dije que si quería que lo ayudase y asintió con la cabeza, le pregunté que a qué y me dijo con voz algo ronca:-A llegar hasta ese lugar.
No dijo nada más, le pregunté qué a que sitio, pero no decía nada más, parecía que estaba como asustado, como sí alguien lo estuviese siguiendo, miraba a todos lados. No quería decir más nada, por mucho que le preguntases no te decía más palabras. Mi novio arto de la bobería que se tenía encima, se acercó a él para quitarle la maldita máscara otra vez. Esta vez el chico no se apartó pero cuando se quitó la máscara nos dimos cuenta de que era un amigo de mi novio que había muerto hacía muy poco tiempo con una máscara de gas puesta. Después nos fuimos dando cuenta de muchas más cosas, y por lo menos el chico hablaba más. Conmigo no hablaba, pero con mi novio sí. Mi novio le estuvo preguntando muchísimas cosas a lo que él las contestó todas. En una de ellas le preguntó que quien era el que le estaba siguiendo, pero cuando mi novio se despistó un momento, se fue. Estuvimos un rato hablando de ese amigo, del cual mi novio nunca me había hablado de él. Nos acostamos a dormir.
A la mañana siguiente él se fue a trabajar y yo al colegio. En el colegio no me pasó nada extraño, pero a mi novio en el trabajo sí. Todas las cosas que él tocaba al rato o se caían al suelo o salían volando. Estuvimos toda la tarde juntos pero el amigo no aparecía, fuimos a dar una vuelta a Los Sauces y en medio de la carretera se nos apareció. Mi novio dio un volantazo y nos fuimos contra una cuneta. El coche quedó destrozado. A nosotros no nos pasó casi nada, unos arañones en la cabeza y poco más. Cuando estábamos en el hospital apareció otra vez, y nos pidió perdón por lo que había hecho. El chico nos dijo que estaba muy solo y quería llamar nuestra atención. De repente nos dijo que había visto alguien llamándolo hacia una luz rara. A lo que él la siguió y nos dijo que fuéramos muy felices.

lunes, 7 de febrero de 2011

Lanzarote


Yo estaba en Lanzarote en el día 25 de 2010 cuando una noche empezó una tormenta de agua, truenos y relámpagos cuando sentí un estruendo y me tembló la casa y vi como el agua comenzó a entrar por debajo de la puerta yo asustado comencé a intentar llamar a mi familia para contarles lo que estaba pasando y que debería de a ser pero no había luz y el móvil se me quedo sin batería y como no podía evitar q entrase más agua Cogí una manta y la coloque en la rejilla de la puerta pero era imposible de que dejase de entrar y subí para la azotea corriendo y vi como las alcantarillas habían reventado y como el nivel del agua aumentaba y la gente desesperada achicaban agua de sus casas pero fue un fracaso el menos de 15 minutos aumento más de medio metro . Y ya no podía ha ser nada y vi como todos los electrodomésticos se me estaban cubriendo de fango y excrementos.
Durante ese día no dormí nada con temor de que me pasase algo a mí y a mis vecinos pero no hubo fallecimientos durante la inundación pero eso me marco para toda la vida y ahora escucho truenos y como chocan las gotas de agua en la ventana y en viento como choca en mi ventana y en la puerta y no puedo dormir y me pongo a llorar y tiemblo y me da fiebre.
Y cuando me consigo dormir me viene la angustia de aquel día
Que parecía tan tranquilo y acabó en una desgracia tras esa tormenta que arraso con tuvo el municipio de san Bartolomé.

Los camellos de Lanzarote


Ese día había muchos turistas pero a las ocho mi dueño y yo nos íbamos pero llego un turista y nos ofreció doscientos euros por darle un paseo pero yo como todo camello estaba cansado después de cargar tantos turistas pero claro tuve que cargarlos asimos un par de km y volvimos ya que se estaba haciendo de noche cuando íbamos llegando a Arrecife.

Espeso a tronar y a caer unas chispitas de agua cuando iba llegando al establo espeso a llover más a las dos horas se empezó a inundar todo y yo para salvarme empecé a nadar me encontré gente nadando y me los puse al hombro todos los camellos empezaron a sacar gente y a ir a los lugares altos y llegamos a las montaña del camello y pasemos la noche allí.
Barias horas después las alcantarillas ya habían estallado y había muebles por todos sitios y muchos objetos todo menos dinero mucha gente resulto árida por querer volver por sus cosas
Al día siguiente bajemos a arrecife a salvar algo si hubiera quedado algo pero las alcantarillas se había llenado todo de excrementos y no olía nada bien.
Bueno no hubo murtos que es lo importante pero si muchas pérdidas materiales. Si otros lo pasaron peor porque los cocodrilos del zoo se habían escapado y aún se buscan barios animales perros y cabras pero nadie las busca están ocupados limpiando sus casas.