lunes, 31 de enero de 2011

Tres meses pescando en alta mar




Un día por la mañana me levanté para ir a traer pescado para mi pueblo, nosotros los marineros salíamos de s/c de la Palma para ir a fuerte ventura a traer pescado para mi pueblo, que allí al llegar al puerto de Fuerteventura nos quedemos a descansar porque era un largo viaje. Avíanos alquilado un apartamento, para cuatro persona, y allí dormimos hasta el día siguiente.



A la mañana siguiente amanecimos en una tormenta de agua i el mar estaba muy malo i no pudimos salir del barco a pescar, nos tuvimos que quedar allí hasta que la cosa se calmara, empezó a llover i a tronar. Las calles se estaban inundando de agua nosotros no podíamos salir de nuestro apartamento, y el nivel del agua empezó a subir y subir sin parar y de cada vez llovía mas que desastre se estaba asiendo una tragedia. Empezamos a poner toallas de todo lo que trincáramos en la puerta pero era imposible el nivel de agua seguía subiendo hasta que las alcantarillas se reventaros. En peso a salir toda la mierda de los alcantarillados y aquel pueblo empezó a oler muy mal no podíamos respira era tan fuerte que tuvimos que ponernos más carillas. El nivel del agua era de un metro, asta que reventó la las puertas y entro todo eso excremento dentro de la casa i todo lo que había allí hubo que botarlo, y cómpralo todo supuso un dineral. Pero a nosotros no me afecto, porque eso no lo pagaba yo sino la residencia, bueno al fin pude pudios salir de puerto y pescar aunque nuestras familias estaban muy preocupadas.



Bueno nosotros empecemos acoger pescado i pescado atunes, meros, viejas, bogas, pulpos, sardinas y cangrejos cuando llegamos a nuestras casa la familia y nuestro barrio se había puesto muy contenta cuando vieron la gran cantidad de pese que cogimos en tres mese ellos se medaron asombrados tendríamos para comer para un año.

El gran sueño



Érase una vez una noche que estaba en la cama viento la tele y entones vi un anuncio muy espectacular que sorteaban 50.000€ por un mensaje y yo pensé para mi:

-si tuviera tanto dinero me compraría un apartamento en la playa.

Entones envié un mensaje y me fui a la cama a dormir y esa noche tuve un sueño.

Salia yo enviando el mensaje y al cabo de unas horas me llaman diciéndome que e ganado 50.000€ y entonces me levante corriendo hacia el baño y me lave la cara después me fui a desayunar entones me sonó el móvil y fui corriendo haber quien era y entones era mi hermano que me llamaba para que pasara a buscarle el coche al taller y cuando traje el coche a mi casa me sonó el móvil y era mi hermano entones me dijo que me buscaban y yo fui a ver quien era cuando entre en su casa vi una mujer que me dijo que había ganado 50.000€ entonces en pese a gritar como loco y me dijo que tenia que esperar a que se anunciara que yo había ganado 50.000€ en cuanto me dijo que yo iba a salir por la tele me puse rojo como un tomate, entonces me dijo que fuera para mi casa y que esperara allí.



Cuando llegue a mi casa no me lo había creído todavía .Aquel sueño se me cumplió y yo pensaba que los milagros no existían entonces cogí y me fui a dormir haber si tenia otro sueño como ese. Entonces en pese a soñar y vi que unos extraterrestres atacaban a la tierra para buscar cerebros para comerlos. Me levante corriendo y me asome a la ventana todo asustado entonces escuche el timbre de mi casa, yo estaba todo asustado en cuanto abrí la puerta con miedo y vi a los periodistas les dije que entraran y me espesaron a preguntar y cuando lego una pregunta que me decía:

-¿tu porque enviaste ese mensaje?

y yo le dije:
-porque tenia un presentimiento que ganaba los 50.000€ y esa noche tuve un sueño que ganaba los 50.000€ y cuando me levante me llamo mi hermano y por eso estoy muy emocionado.
- ¿y que vas a ser con el dinero?
-voy a comprarme una casa en la playa como lo pensé anoche.
-¿y no tienes novia?
-no tengo
-vale adiós con esto ya nos vale
-adiós muchas gracias

Cuando los periodistas se fueron me fui a echar una copa y cono-si una chica que estaba sola y en pensemos a hablar de donde eramos....
al día siguiente me fui a buscar una casa en la playa y la encontré y acabo de unos mese me case y tuve hijos.

viernes, 28 de enero de 2011

Valbanera



Un día por la mañana me desperté, sabia que hoy era un día muy importante porque me iba a ver a los parientes de Cuba. El barco salió de Santa Cruz de Tenerife en destino la Palma, el barco zarpo el 26/04/1991 a las 17:00 horas de la tarde en puerto de Santacruz de la palma en la capital. Los pasajeros empezaron a embarcar en el barco. Yo y mi amigo Ramón estábamos ansiosos por que sabían que era uno de los días más importante de nuestra vida, me iba a subir en el Balvanera que me iba a llevar con destino cuba.

El barco salió del muelle de S/C de La Palma a las 7:08, al salir perdimos un ancla, nosotros los pasajeros sabíamos que durante el viaje iba a pasar algo, algunos cuando llegáramos a Santiago de Cuba se bajaría porque en el barco se predecía que algo maldito iba a pasar. La gente llegando no paraba de alterase aunque los tripulantes trataban de tranquilizarlos a penas llegaron a Santiago de cuba mucho de ellos se bajaron, como unas 2000 persona porque presencia que iba a pasa algo. Yo y mi amigo Ramón decidimos seguir hasta la abana porque no se sabía lo que iba a pasar.




Y llegando a la abana estábamos a 15 metros del puerto no podíamos entrar porque el mar se puso como un infierno había olas de 20 metros de altura y una arrastradera de mar muy fuerte en la abana nos serraron las puertas. Y tu vimos que alejarnos de muelle porque no nos dejar entra. Capitán mando a salir a altamar salimos i allí nos hundió las grande olas al barco.

Yo me logre escapar había un troncón que me pude agarra del i por desgracia mi amigo ramón que era para mí como un hermano el falleció en esa malditas aguas yo casi no vivo para contarlo en fin pude llegar al muelle en la abana fui un privilegiado que salve de los que quedábamos en el barco.

lunes, 24 de enero de 2011

El último superviviente del Valbanera

Al salir de La Palma una bruja de Barlovento predijo que se caería un ancla y se cayó un ancla y algunos marineros desembarcaron por miedo de que fuese un mal presagio e hicieron bien hasta Cuba todo iba bien las tres semanas de travesía a través del Atlántico pero al llegar a Puerto Rico.

Tres tripulantes bajaron por miedo y quedaban veinte tripulantes y mil pasajeros y al salir la tripulación iba con miedo pero lograron llegar a Santiago de Cuba al llegar quinientos bajaron pero el resto siguieron para llegar a la Habana al otro lado de la isla pero se alejaron por la poca prefundida de las costas y al ver la tormenta tropical salté y llegué tierra y vi como el tornado se los comía. Al llegar lo conté a las autoridades que el Valbanera se había hundido y me encerraron porque creían que estaba loco pero a los diez días unos guardacostas se lo encontraron y me soltaron.

Volví a La Palma pero en avión por miedo y al transmitirle a mi llegada la malas noticias muchas familias que aún no les había llegado la noticia algunos fueron porque no se lo creían otro me llamaron mentiroso bueno pero había pasado y al llegar también me había encontrado pidiendo por que se habían gastado sus ahorros en el pasaje ellos fueron los únicos que se alegraron.

El naufragio

Yo iba de vacaciones en el año 1919 en el moderno y rápido vapor de dos hélices y ocho, mil toneladas VALBANERA para Habana a ver unos parientes y ya estaba el barco preparado para salir del muelle y el capitán del barco dijo:
-Me llamo Ramón Martín Cordero y tengo 34 años y vamos subidos 1230 personas entre tripulantes y pasajeros que van para Cuba y Habana.
Yo estaba muy contento por ir a ver mis parientes porque los echaba de menos y durante el viaje estaba echando algo en el bar del barco con un hombre que estaba allí echando un cortado y yo estaba muy nervioso porque era la 2 vez que zarpaba en aquel barco pero estaba menos nervioso cuando aquel hombre me dijo que el estaba toda la vida navegando en barcos y no le pasaba nada y después de un rato al salir del muelle de Santa Cruz de La Palma se nos callo un ancla y me asuste mucho y la gente también y durante el camino la gente decía:
-Esto es una mala suerte y yo tendré que quedarme en cuba porque me da que es mala suerte
-Pues yo creo que no va a dar mala suerte porque se pudo caer estaba floja o algo.
Y después de 14 días ya estábamos llegando al puerto de cuba se bajaron mas de los que se tenían que bajar porque pensaban que se iba a pasar algo
y en total en el barco quedaron 600 personas y el barco recargo y siguió su rumbo y ya llegando a habana había una tormenta y el barco no podía atracar dentro del muelle entonces el capitán del barco intento mantener el barco pero el viento y la lluvia y las olas no le dejaban manejar el barco pues entonces los tripulantes del barco intentaron que los pasajeros se relajaran y fue entonces cuando el barco se en peso a hundirse y la gente empezó a gritar estéricamente.
Al irse la tormenta los guardacostas empezaron a rastrear la zona después de unas horas encontraron la punta del máster del barco y 599 persona aojadas menos yo que fui el que sobrevivió porque al ver la tormenta al llegar al muelle me bote y Salí nadando asta las escaleras del muelle y allí me encontré con barias personas que me ayudaban a salir en cuanto el barco se fue hundiendo a lo largo del tiempo me fuy para cuba mas o menos 30 años despues y cuando ahora en el año 2010 se puede ver restos del barco cuando se un dio y en Santa Cruz de la Palma se puede ver el ancla que se soltó al salir del muelle .

martes, 18 de enero de 2011

La cajita de madera


Me dirigía a La Habana porque mi padre estaba a punto de morir. Antes de subirme al barco en Santa Cruz de La Palma despedí a mi esposa y a mis hijos. Me subí al barco y cuando iba por la cubierta mirando el barco habían unos marineros hablando entre ellos y los escuché habían dicho que algo malo iba a pasar. Yo intrigado les pregunté que había pasado. Ellos me respondieron diciéndome que el ancla se había caído y que eso era señal de mala suerte. Entonces yo pensé que era algo normal porque a lo mejor la cuerda del ancla estaba en mal estado. Seguí caminando por la cubierta y observándolo todo, cuando miré la madera que había por el suelo me di cuenta que había algo raro debajo, levante un poco el pedazo de madera y había una cajita, la abrí y dentro tenía una pulserita y una muñeca muy pequeña, como de una niña. Miré por todos lados a ver si veía a alguna niña. No había nadie por la cubierta, ni si quiera ningún marinero. Pensé que estarían despidiendo a sus familiares. Pensé que sería mejor ir a buscar el camarote antes de que hubiera un montón de gente por los pasillos y tener que tropezarte con ellos. Mi camarote era el número 187, cuando llegué al camarote solté la maleta que llevaba en la mano encima de la litera, deje la caja en la pequeña mesilla de noche y salí a la cubierta a fumarme un cigarro. Cuando estaba ya fuera el barco había empezado a zarpar y mucha gente ya estaba yendo para los camarotes. Me terminé el cigarro y fui a inspeccionar un rato por toda la cubierta. Me tropecé con un pedazo de periódico lo leí un poco por encima y decía lo siguiente:

“Antes de que llegué el barco Valbanera a La Habana puede encontrarse con un huracán muy peligroso”





Me asusté y le enseñé el pedazo de periódico a un hombre que había por allí, y me dijo:
-Eso es mentira, seguro que no pasará nada, además estamos en verano y ahora no hay huracanes.

Ya cuando decidí tranquilizarme me mentalicé y pensé que era verdad lo que el hombre decía. Entre para dentro del barco y fui directamente a mi camarote a ver quien me había tocado de acompañante en el camarote. Cuando entré estaba el hombre a quien le había enseñado el periódico allí sentado en la cama mirando la caja que me había encontrado y me dijo:
-Esta caja es de una niña muda que estaba corriendo por la cubierta y su padre la cogió en brazos para ir a despedirse de su madre, la niña desesperada quería coger la caja pero como no podía hablar no pudo hacer nada.
Y yo le dije: -¿Por qué no la cogió usted y se la dio?
-Porque no puedo agacharme-me respondió
Nos quedamos como un minuto callados hasta que yo le pregunté su nombre a lo que el me contestó Ramón.




Después de un rato hablando en el camarote decidimos ir a comer al bufete libre que había en la última planta. Cuando llegamos al bufete todo el mundo nos estaba mirando un tanto extraño. Intenté buscar entre toda la gente a la niña de la caja y haber si Ramón podía decirme quien era. Ramón miraba a todas partes pero casi no había niños en el bufet. Cuando terminamos de comer fuimos a dar una vuelta por la cubierta. Cuando salimos empezó a llover y el barco a moverse, porque el mar estaba malo.
Decidimos irnos al camarote. Yo llamé a mi mujer para preguntarle por los niños y por ella. No había cobertura. Decidí llamarla al día siguiente porque estaba el tiempo malo y por eso seguramente no había cobertura.
Después de hablar un rato con Ramón sobre la niña nos fuimos a dormir ya que el barco se estaba moviendo muchísimo.
Me desperté de madrugada por los movimientos del barco, me asomé al pasillo y estaba toda la gente corriendo por los pasillos y gritando que el barco se hundía. Ramón no estaba en su cama, al parecer se había ido y no me había avisado. Decidí coger la cajita de la niña y algunas de mis pertenencias. Salí al pasillo y uno de los hombres que estaba repartiendo los chalecos salvavidas me dio uno. Me lo puse y salí a la cubierta a subirme en unos de los botes que tenían techo. Cuando intentaba llegar a la cubierta empezó a entrar muchísima agua por los pasillos. Estuve un rato corriendo hasta que llegué a la cubierta, y cuando llegué solo había una niña que parecía que estaba un poco desesperada. Le dije que me cogiera de la mano y no me soltara. Su mano estaba congelada y empapada de agua. Cuando la niña me dio la mano salimos corriendo los dos recorriendo toda la cubierta en busca de algún bote. No había ninguno. Decidí coger a la niña en brazos y saltar. El barco no le faltaba nada para que se hundiera. Saltamos con un trozo de madera al agua. Estaba congelada, la niña temblaba de frío y yo también. Intenté mover un poco la tabla de madera para haber si podíamos llegar a algún bote que estuviera cerca. Empecé a gritar como un loco, pero nadie respondía. La niña temblaba muchísimo. No sabía que hacer, la niña iba a morir congelada. Seguí moviendo mis pies hacia Dios sabe donde. No sabía donde estaba. Me quedé dormido y cuando me desperté ya era de día. La niña estaba al lado mío mirando hacia el horizonte. Había como montañas. ¡Era un isla! Empecé a mover los pies para mover la tabla de madera para intentar llegar a la orilla del mar. Cuando llegamos a la orilla cogí a la niña y fui a buscar algo de comer para ella. Tenía cara de tener hambre. Cuando llegamos a un supermercado la dependienta nos estaba mirando algo raro. Cuando le dije que no tenía dinero para pagarle la comida me dijo que me largara. Le conté la historia del barco y parece ser que esa niña era sobrina de la dependienta, nunca la había visto. Pensé lo que me dijo Ramón de la niña muda y me acordé de la cajita. La saqué de mi mochila y se la dí a la niña. La niña se puso muy contenta cuando vio la caja. Cogió la muñeca y la abrazó, y la pulsera se la dio a la tía. Era un regalo de su madre. Como ya la niña estaba contenta y con su familia decidí decirle a la mujer que si me prestaba un teléfono para llamar a mi mujer. Cuando la llamé se puso muy contenta de escuchar mi voz. Pensaba que había muerto, porque en las noticias dijeron que no hubo ningún superviviente.

En recuerdo de las víctimas

Yo iba en el barco Valbanera hacia Cuba a ver a mis primos con unos amigos. Éramos 136 de la isla de La Palma salimos a las 12:35 horas. Teníamos ganas de partir hacia Cuba pero tuvimos un problema se nos rompió un ancla.
Dos semanas más tarde veíamos pequeñas montañas a lo lejos.
Mis amigos estaban mareados, nerviosos, no sabían que hacer cuando veían que les faltaba un ancla tenían miedo de seguir hasta Cuba y decidieron quedarse en Santiago de Cuba bajaron seis de los que iban conmigo quedaron 130 de los que salieron conmigo desde la isla de La Palma y yo y los que quedamos decidimos seguir adelante a ver qué pasaba pero en lo que quedaba de viaje nos trincó un huracán y nos revolcó fue una tragedia pero tuvimos suerte que pudimos escapar unos cuantos gracias a un tronco que flotaba. Unos días más tarde nos pusimos a buscar a los que no pudieron escapar y fue un fracaso no encontramos a nadie hasta hoy en 1998 yo aún recuerdo ese día cuando Dios me dio vida de nuevo y todas las noches rezo para darle gracias a Dios pero aún extraño a mis amigos y no me quito de la cabeza los gritos y lloros de sus madres padres abuelos…
Cada año hacemos una misa para recordar a esa gente que murió.

Yo Valbanera

Era un día soleado como hoy, había mucho revuelo ya que todos estaban ansiosos por subir al barco. La época era muy dura y nosotros esperábamos que el barco llegase para llevarnos en busca de nuevas oportunidades, para algún día volver a casa con grandes riquezas. El Valbanera era el barco que venia desde Tenerife para llevarnos a Cuba.

A las cuatro de la tarde el Valbanera llego a puerto. Yo subí entusiasmado, sabía que este era el viaje más importante de mi vida. Con un amigo charlé asta que el barco
zarpo, pero algo interrumpió nuestra conversación , una de las dos anclas de barco se cayo en una extraña maniobra del capitán. Todos se asustaron mucho, pero los tripulantes calmaron a los pasajeros. Yo me dirigí a la proa por que había un gran murmullo, al llegar pregunte a un señor que era lo que había ocurrido y me explico que en una maniobra extraña del capitán, una de las anclas cayo al mar.
Yo en aquel entonases no le di una gran importancia, pero había gente que si, y avecinaban un mal presagio.




A las dos semanas de viaje, llegamos a Santiago de Cuba. Muchos pasajeros se bajaron
del barco ya que tenían miedo de continuar asta La Habana aunque ya tuvieran su pasaje pagado hasta allí. Luego de que los pasajeros terminaran de desembarcar partimos hacia La Habana. De camino a la Habana , nos topamos con una gran tormenta.
El barco se balanceaba como si fuera un niño en un columpio. Llegando a la Habana
el capitán mediante señales luminosas pedía socorro al puerto, pero desde el puerto,
se indico que no se podía prestar ayuda debido a la tempestad y se ordeno permanecer en alta mar hasta que finalizase la tormenta. La tormenta fue a peor, y de repente, salida de la nada, una ola de más de 20 metros golpeó el barco. Todos estaban muy asustados los hombres y las mujeres rezaban mientras que los niños no paraban de llorar.
De pronto, hubo un gran estruendo y como si de un terremoto se tratase todas las luces del barco se apagaron y un gran temblor se hizo notar. La gente corría por los pasillos del barco a oscuras y no paraban de gritar, yo voy por el pasillo y noto que mis pies están salpicando agua. Resultaba que se había hecho una fisura en el casco del barco y se estaba filtrando agua en pocos minutos todo el barco comenzó a inundarse de agua.
Yo estoy muy asustado como todos los pasajeros, y en este instante lo único en lo que pienso es en el porque no me había quedado en La Habana en aquella parada.
Mis piernas comienzan a temblar y no ya empiezo casi a nadar para moverme, de pronto el barco ase un extraño y vuelca, todo se llena de agua y ya casi no se puede respirar, yo levanto la cabeza lo mas que puedo pero tengo que salir lo antes posible del barco, me dirijo a el camarote para intentar salir de una de las ventanas.




Cuando llego al camarote intento romper la ventana. No se rompe y yo
Ya me imagino que este es mi fin en una tumba acuática.
Consigo romper la ventana, y salgo nadando lo más rápido que puedo asía la superficie,
llego a la superficie casi asfixiado y sin aliento veo un bidón de aceite y me agarro a él para poder flotar después de casi 5 horas a la deriva cuando ya ha pasado la tormenta, me recogió un atunero, a ellos les debo la vida, no sé si hubo más supervivientes.
Los atuneros me dieron una manta para abrigarme y me llevaron a Santiago de cuba allí conseguí trabajo y volví a la palma tras 7 años en Cuba.

Un chocolate calentito



Aquella mañana le di la noticia a mi esposa:
Si querida, me despidieron por el maldito incidente… Pagan justos por pecadores.
¿Cómo os alimentaré ahora? ¿Dónde viviremos, si nos quitan nuestra casa? Ella simplemente me miraba, y luego me sonrió. Intentó tranquilizarme. Me dijo; tranquilo, lo importante es permanecer unidos, luego ya pensaremos en algo. Prepararé un chocolate calentito…
¡Está loca! ¿Como puede pensar en dulces cuando se arruinó media vida, en un solo día?
Necesitaba salir a dar una vuelta y despejarme.
Me puse mi chaqueta y salí a la calle. Contemplaba envidioso las ropas tan lujosas que llevaban los demás y compadecía a los pobres que pedían algo de dinero… ¿sería ese mi futuro?
Choqué con una farola, la cual me dio la respuesta a mi problema.
Un barco llamado Valbanera zarparía en una semana, el día 21 de agosto hacia La Habana. Pensé que allí conseguiría trabajo.
Se lo conté a mi esposa y aceptó ir…
Cuando por fin llegó el día, nos informaron de que el barco había perdido el ancla. Empezábamos mal, que un barco perdiera el ancla, encima justo al llegar a puerto, era mal presagio. Subimos al barco y nos dirigimos hacia nuestra habitación. Ahora solo nos quedaba disfrutar del viaje hacia nuestro futuro.
Ahora estábamos más a gusto, porque más de la mitad de los pasajeros abandonó el barco antes de llegar a nuestro destinó, quizás ya sabían lo que vendría después.
El día 9 recibimos un aviso de que había un huracán cerca, lo cual nos preocupó bastante, no sin razón.



Ese mismo día, a las 23.00 horas, tras lo que pudo ser una mala maniobra del capitán, o fue culpa del maldito huracán, el barco donde íbamos, el Valbanera, naufragó. No recuerdo que ocurrió después, solo, agotado después de intentar nadar hasta una isla que veía al horizonte, me apoyé en un tonel y me dejé arrastrar por la marea. Perdí a mi mujer en ese maldito naufragio, o quizás se salvó y no recibí más noticias de ella, pero todos los días rezo, para que aquellas pobres personas que me acompañaron en mi viaje, y mi dulce esposa, se encuentren en un lugar mejor.