domingo, 30 de noviembre de 2008

Ongs y tribus



Todo ocurrió el día 10 de marzo del año 2002 cuando el vuelo de Spanair era destinado a El Congo, viajaban muchas personas voluntarias de varias ONG para ayudar a algunas tribus. Cuando no faltaba mucho para llegar el avión se estrelló y cayó en la selva de África. Muchas personas de las que viajaban en el avión fallecieron y solo sobrevivieron unas cinco personas. Las cinco personas que sobrevivieron estaban traumatizadas por el suceso que acababan de presenciar.
Todos se decidieron a buscar ayuda por aquel lugar aunque estaban desorientados y estaban casi seguros de que no encontrarían ayuda no se dieron por vencidos, caminaron mucho hasta que llegaron a un lugar donde vieron unas extrañas figuras muy grandes, muy asustados porque habían oído hablar de tribus salvajes se escondieron detrás de unos matorrales para observar si habían personas que les pudieran ofrecer ayuda, aun sabiendo que aquellas personas podrían provenir de una tribu salvaje. Al rato vieron a unas cuantas personas medias desnudas que estaban hablando, ninguna de las cinco personas allí presente entendía su idioma, pero por la expresión de sus caras entendieron que estaban enfadados…

Cuando las cinco personas se dirigían a marcharse de aquel lugar escucharon a los indígenas gritando como si hubieran descubierto algo... Los descubrieron a ellos, las cinco personas muy asustadas echaron a correr por temor a que los indígenas les hicieran daño. Los indígenas salieron corriendo detrás de ellos, eran muy veloces. Cuando de repente una de las personas tropezó con una piedra y se cayó, las otras cuatro personas la intentaron ayudar pero no llegaron a tiempo, los indígenas la habían atrapado. Siguieron corriendo desesperadamente hasta que vieron una par de canoas y se subieron en ellas para poder huir. Después de tanto remar fue cuando vieron acercarse una avioneta y les hicieron señas. Por suerte la avioneta iba muy cerca y los vio. Al final los rescataron y los llevaron de nuevo a su país.
Valis

Una de caníbales:


Un día me encontraba leyendo una revista de viajes y decidí irme a la isla Mauricio con mis amigos. Empecé a preparar la maleta desde que saqué los pasajes.
El día que me iba a ir, llegué al aeropuerto a las siete y media. Mis amigos ya me estaban esperando. Nada mas llegar fuimos a comer algo hasta que se hiciera la hora de salir. Todos estábamos muy ilusionados con el viaje.
Mas tarde subimos al avión. El viaje iba a ser muy largo. Yo estuve la mayoría del viaje hablando con mi amigo, Juan, hasta que hubo un momento que nos quedamos dormidos. De repente nos despertó un ruido, era una tormenta. El avión se empezó a mover bruscamente, todos los pasajeros estaban asustados. No recuerdo muy bien lo que sucedió después. Solo me acuerdo de que desperté en una selva, miré hacia los lados y solo veía cadáveres pero ninguno era de mis amigos. Intente levantarme pero no podía, entonces grité muy asustado a ver si había algún superviviente. De repente apareció Juan con una gran herida en el brazo, pero aun así me pudo ayudar a levantarme. Le pregunté desesperadamente que si sabia donde nos encontrábamos pero el no tenía ni idea.


Decidimos buscar ayuda. De repente escuchamos unas voces… eran nuestros amigos. Todos tenían varias heridas pero ninguna era grave. Se asombraron bastante al ver que estábamos vivos, nada mas vernos nos dieron un fuerte abrazo. Eduardo, uno de nuestros amigos, nos dijo que creía que estábamos en la selva de Nes, una selva en la que estaba llena de caníbales. Todos nos asustamos, pero aun así decidimos ir a buscar comida por que no sabíamos cuanto tiempo íbamos a permanecer allí. Estuvimos toda la mañana buscando algo de comida pero no encontramos nada. Así que se nos ocurrió buscar un palo y una liana para hacer una caña de pescar. Pescamos tres peces.
Al anochecer encendimos una pequeña hoguera sin saber el peligro que estábamos corriendo. Mientras estábamos comiendo se escucharon unos ruidos detrás de unos árboles, eran los caníbales. Salimos corriendo nada mas oírlos, nos dirigimos hacia una pequeña cueva que había a diez metros de nosotros, Eduardo de repente se tropezó con un tronco de un árbol. No pudimos hacer nada, los caníbales ya lo habían atrapado.
Juan junto a los amigos llegaron a la cueva sanos y salvos. Permanecieron dentro de la cueva hasta el día siguiente. Por la mañana salieron con cuidado por si los caníbales seguían allí. No había rastro de ninguno. Nada más salir fueron a buscar ayuda desesperadamente pero no encontraban a nadie que les pudiera ayudar. Pasadas unas horas Juan y sus amigos encontraron una playa. Uno de sus amigos se acercó a la orilla. A lo lejos vio un barco. Todos muy contentos se pusieron a hacer señas. Los que iban en el barco los vieron y fueron en su ayuda.
Todos llegaron a sus hogares con sus familias menos Eduardo…
Mónica

La premonición del vuelo 666:


La premonición del vuelo 666.

Era una tarde de junio, y los chicos del Colegio Higgstyoff se estaban preparando para un viaje de fin de curso. Al que iban todos casualmente, Ricardo uno de los chicos del curso de cuarto de la ESO estaba bastante preocupado por el viaje que iban a tener, ya que era muy lejos. Durante esa tarde el destino le envió mil advertencias de que ese vuelo iba a ser una tragedia, pero Ricardo no capto las señales, mientras en su cuarto todo daba advertencias de que no fuera a ese viaje, el sin hacer caso siguió preparando la maleta. Se acostó a dormir sin dejar de pensar en el viaje, y cuando su conciencia lo invito a pensar en lo peor que le podía pasar, el decidió dormirse y no pensar nada más. Mientras dormía, el cuarto seguía sin parar de enviar señales, cuando el despertador sonó extrañamente lo miró y ponía 666 (el número del vuelo que le esperaba) cuando volvió a mirar descubrió que el reloj tenía la hora 6:36 de la mañana. Pensó que su reloj estaba mal o que era producto de su imaginación y decidió prepararse, coger la maleta e irse a su esperado viaje, se despidió de sus padres y se fue al aeropuerto. Era la hora de embarcar por la puerta 6, le dio sus papeles y se subió al avión, todos sus compañeros estaban felices, riéndose, haciendo bromas, y molestando a la gente que estaba por los alrededores. Ya en el avión se dejó dormir ya que tenía algunos problemas y lo estaban reparando, mientras lo arreglaban Ricardo estaba teniendo un sueño pero en realidad era una premonición de lo que iba a ocurrir en el momento del despegue.


Ya era la hora de empezar el viaje, el mientras se despertaba empezó a ver que lo que pasaba en el sueño estaba ocurriendo en ese instante, estaba pasando todo igual pero a un había tiempo no habíamos empezado ni siquiera a despegar. Ricardo no lo pensó ni un momento, empezó a decirle a todos sus compañeros que iba a ver una catástrofe que se bajaran del avión, ninguno le hizo casó lo único que hicieron fue reírse de él. Como él tuvo un ataque de pánico y no lograban tranquilizarlo decidieron suministrarle un calmante contra su voluntad, no querían que la gente se alarmase y se quisiera bajar del avión. Solo una chica llamada Andrea decidió bajarse, los demás permanecieron sentados con algo de miedo pero sin querer admitirlo, el avión empezó a despejar iban a unas islas cercanas al caribe. Al principio la gente al ver que no pasaba nada empezaron a reírse y a tranquilizarse, pero poco a poco, notaron que se iba moviendo demasiado el avión, cada vez iba a mas empezaron a caerse las cosas y las azafatas dieron la orden de ponerse las mascarillas de oxigeno, ya solo faltaba para llegar a las islas unos cuantos kilómetros pero el avión como aquella premonición no llegó.


De repente el avión se resquebrajo por un lado, al rato ya no había nada de esa parte del avión todo empezó a ser negro y todo cayó en unas tierras desconocidas, pasaron horas y horas, para que alguno de los tripulantes recobrara el sentido. El primero fue Ricardo el todavía menos incrédulo ya que en la premonición el no sobrevivía, cuando estuvo totalmente despierto y consiente decidió ir a ver si quedaba algún superviviente, los únicos que quedaban vivos eran el, un niño pequeño asustado porque sus padres no respiraban ni hablaban, un señor ya con la mitad de su vida hecha, una mujer rota de dolor su marido había muerto y por ultimo una madre y su hijo. Todos los demás estaban muertos niños, ancianos, jóvenes, familias, cuando fueron a ver si el piloto estaba vivo se encontraron con una perpleja situación, el piloto estaba totalmente quemado solo quedaba de él parte de la mitad de su cuerpo. Todos los supervivientes empezaron a pensar en que iban hacer, tenían que buscar un sitio para dormir, comida, y agua, pero lo primero era inspeccionar aquella extraña selva en busca de refugio. Los niños iban a cuestas encima de los mayores que casi no tenían fuerzas para llevar unos pocos de huesos a cuestas, todos frágiles, indefensos y sin ánimos para hacer ni pensar nada, pasaron horas y horas caminando. Cuando cayó la noche encontraron un refugio en una cueva, la única pega era que no habían encontrado nada de comer los niños empezaban a tener hambre, y frío. Ricardo y la mujer que se llamaba Beatriz fueron en busca de comida y algo para hacer fuego, mientras la otra mujer llamada Maria se quedaba con los pequeños y el señor llamado Cornelius. Mientras los otros estaban fuera buscando comida los que estaban en el refugio se dieron cuenta de que en la cueva no estaban solos, empezaron a escuchar pasos y voces que provenían del fondo de la cueva, como tenían curiosidad decidieron ir al fondo para ver que eran esos extraños ruidos. Caminaron y caminaron durante horas parecía que no había final, entonces oyeron gotear a las paredes, de repente en medio de aquel camino había una bajada resbalosa y cubierta de agua. Cuando miraron se dieron cuenta de que estaban en medio de acuífero repleto de agua y de plantas sin pensarlo empezaron a beber de aquella agua, miraron todo y caminaron dentro de aquel maravilloso lugar. Los que fueron a buscar la comida ya habían regresado con numerosos frutos, plantas, raíces etc. Nada mas empezar a entrar en la cueva se dieron cuenta que el resto no estaba, empezaron a gritar a ver si es que habían salido por los alrededores, nadie les contesto y decidieron volver a salir a ver si los encontraban, en esta segunda expedición todo no fue tan sencillo, se vieron atrapados por todo tipo de animales en medio de un terreno oscuro lleno de vegetación. Ricardo se dio cuenta de que alguno de los dos no contaría aquel suceso, y era cierto fue Beatriz, a ella le mordió una serpiente venenosa y la estranguló hasta la muerte, Ricardo más pendiente de sí mismo ni se entero de lo que le había pasado a Beatriz.


Cuando vino a darse cuenta ya era demasiado tarde, estaba en el suelo parte de su cuerpo si se podía ver otra no porque la cubría la serpiente, que intentaba comérsela cosa que estaba haciendo, Ricardo se fue corriendo a la cueva sin parar ni siquiera a pensar que tipo de animales le estaban acechando. Sus amigos que estaban en aquel acuífero ya no estaban con vida al caminar, gritar, saltar, aquel acuífero se había derrumbado gran parte de las piedras que habían a su cabeza, solo había sobrevivido el niño pequeño que estaba desesperado ya que su pierna estaba atrapada por una gran roca. Ricardo dentro de la cueva pensando en sus compañeros y que pasaría con su vida empezó a oír unos lloros que provenían del fondo de la cueva, como sabia que eran sus compañeros salio corriendo en dirección a el acuífero, allí vio que todos estaban muertos menos el niño pequeño, Ricardo le ayudo a quitar su pierna de debajo de aquella horrible roca. Salieron del acuífero y fueron a la entrada de la cueva a esperar que fuera de día, cuando empezaron a ver el sol encontraron la forma de llegar a las islas que querían ir desde un principio, hicieron una barca y salieron al mar a intentar llegar a su destino. A media tarde empezaron a ver unas islas, estaban salvados si habían conseguido llegar a lo que en un principio se quería conseguir, allí dijeron todo lo que paso y fueron otra vez a sus hogares, excepto el niño pequeño que fue criado por Ricardo en el suyo, ellos jamás pudieron olvidar aquel viaje, pero en fondo fueron muy felices compartiendo su vida.
Refinnej

ME CAÍ



ME CAÍ

Esto me ocurrió hace ya algún tiempo.
Lo recuerdo como un sueño, no espera, lo soñé, durante muchos meses como me perdía en un lugar y unos me seguían, pero no le di importancia, hasta que un día mi madre me dijo que le había tocado un viaje a Derjelia y decidí ir con ella, sin más.

Un viaje “algo” movidito
Cuando subí en el avión, me toco sentarme delante un señor que roncaba mucho, y mientas miraba por la ventana mi madre iba contando muy entusiasmada todo lo que quería hacer en su gran viaje, así fue todo el rato hasta que de repente el avión empezó a hacer unos movimientos muy bruscos y la azafata no paraba de decir no se que, porque no se escuchaba nada con la gente alterada, y seguido esto el avión empezó a irse a pique, había gente que saltaba fuera del avión, unos con paracaídas y otros sin el, pero eso si, todos gritaban como becerros.

Pasó en un abrir y cerrar de ojos
Solo recuerdo que mi madre me decía muchas cosas y no dejaba de llevarme de un lado para otro, hasta que en un rebujón de gente que paso gritando me empujaron y me trabé en la chaqueta de un tío ahí que salto en paracaídas y yo, con él y por si fuera poco, conmigo saltó una chica que se agarro a mi mano pensando que yo era su prima, con la que se había subido en el avión.



Jerónimo
Eso fue lo que gritemos todos, podíamos haber gritado “aaaaaaaaaaaaa” o rezar un Padrenuestro y un avemaría pero no, solo gritemos jerónimo y como seguíamos cayendo el tío empezó a hablar de quien era, de que es lo que íbamos hacer cuando aterrizásemos y también de con quien habíamos venido y de cómo íbamos en la escuela y bla bla bla.



Me aburro
Pasaron unos 45 minutos, y seguíamos en el aire, y como no decíamos nada la chica que iba conmigo que por cierto ya se su nombre se llamaba Lucia, dijo “¿y esto, cuándo aterriza?, es que me estoy aburriendo”. Y de repente se nos ocurrió mirar hacia abajo y vimos una gran explanada de árboles, y entonces no se por qué, pero se me ocurrió decir “creo que así, como estamos ahora, estamos muuuuuuyyyyyy bieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen”.


Y me caí
Aunque se podía decir que ya me estaba “cayendo”, cuando digo esto me refiero a que me caííííí, y sucedió así: acababa de decir lo bien que nos encontrábamos ahora y me desgarre del hombre del que estaba sujeto, por eso grite “eeeeeeeeee”, ¿lógico?

¿La selva es esto?
Un montón de limones, y de dragos, y muchos perros bailando una zamba, ya me dirás tú, esperando a que sea una selva y te encuentras con esto, pues no se yo que seria peor.

Hola, otra vez
Debí haberme dado un golpe muy fuerte en la cabeza al caerme, y la verdad es que no se cuanto tiempo estuve alucinando o inconsciente, pero cuando me desperté vi a Lucia que me dijo “hola, otra vez, parece que ya te has despertado” y seguido me dijo una mujer “bienvenida a la gran selva”.


La gran selva
Y que me lo digan a mí, que no había estado nunca en una, ver tantas caobas, tantas plantas extrañas, tantos monos y tantos pájaros raros aquello era para cogerse un trauma.


¡Vaya!
Solamente estábamos Lucia, Dasne (la mujer) y yo, y de los demás no se sabíamos nada, quise ponerme a llorar porque no sabia que le había pasado a mi madre, pero no duró mucho tiempo, ya que se escucho un ruido tan fuerte que tuvimos que salir corriendo ya que aquello no pintaba nada bueno.

¡Tú no eres Lucia!
Y evidentemente, no era Lucia, había corrido porque vi unas extrañas sombras que nos empezaron a seguir y cuando creí que ya estaba a salvo mire hacia atrás y que vi, pues una multitud de caníbales con gorros de plumas y la piel toda aruñada.

¿Guase, guase?
Todo se me había ido por la borda, ya no había nada que hacer, yo había corrido y me habían pillado, ya era tarde para lamentarme, mi vida dependía de ellos y dije “¿guase, guase?”

Desfilando
Me llevaron, como las hormigas llevan a la comida, pues igual. Durante un tiempo aquello fue chuli pero luego, cuando había llegado a una extraña cueva y me pusieron dentro de una olla toda mugrienta vestida con un gorro de hojas y palos, un peto de vete tu a saber de que, un montón de ramitas y me embadurnaron de un aceite raro, aquello no me izo tanta gracia.

Como para sacarse una foto
Planeaban cocinarme viva en la olla, y todos me miraban como si yo fuera el pollo de año nuevo, hasta que se escuchó otros extraños ruidos que hicieron que todos los caníbales salieran huyendo y yo me quede allí sin saber que hacer.

Que guapa estas
No tardó en venir toda la gente a ver el espectáculo, y millones de personas llegaron y empezaron a hacerme fotos, toda la gente estaba de risa y yo no sabía por qué, hasta que uno de por allí me dijo que había sido victima de una broma, y eso que al final nadie supo que yo venía de un avión que se iba a estrellar pero que después recupero el vuelo y se dirigió a su destino. Menuda suerte la mía, que no sabría decirte si es buena o mala.
Zirtaeb

Una experiencia terrible:





Una experiencia terrible:

El día 17 de noviembre de 2011, en el aeropuerto de La Palma salía un avión para la selva africana. El avión de Islas Airways salía del aeropuerto a las 10:30 AM y su hora de llegada a la selva africana las 16:30 PM. Era un viaje para hacer una pequeña visita a ese lugar en el avión iban cien personas entre ellas 10 niños, iba gente de muchos lugares de la Península Ibérica, Canaria, de las islas Baleares, de Portugal,… Llego la hora del despegue, pero el avión tubo que un pequeño fallo técnico, vuelo unos se retaros unos 20 min., todos estábamos muy asustados se escuchaba de fondo ¿qué pasa?, de repente se escucha una voz que habla desde cabina, y dice: Señores pasajeros soy el comandante de esta tripulación hemos sufrido un retraso debido a un fallo en el motor derecho, estén tranquilos nos han informado que ya esta todo en orden y podemos despegar, dicho esto un saludo y que disfruten de su vuelo. El avión salio a las 11 AM de La Palma, ya eran las 12:30 PM y las azafatas repartían la comida y las chocolatinas. Pasado un rato, nos informan que dentro de 30 min., aterrizaremos. De repente el avión se da un movimiento muy brusco, alguien mira por la ventanilla y dice ¡ hay humo se ve humo en el motor derecho! Todos empiezan a gritar ¡SOCORRO!, el avión empieza a moverse rápidamente, empieza a bajar de altura muy bruscamente, todos intentamos ponernos los chalecos salvavidas, muchos no podían por el miedo, los nervios,… y de repente el avión cae en picado cerca de la costa. Muchos murieron , otros quedaron inconscientes , los que sobrevivieron nadaron hasta la orilla. Allí en medio de ninguna parte los supervivientes en ese momento eran 10, todos muy asustados tratábamos de tranquilizarnos entre nosotros. Todos ya algo más tranquilos teníamos que buscar comida, un lugar donde dormir, … cerca de allí encontramos algo de comida, y una especie de cabaña, allí íbamos a pasar la noche.
La noche llega muy rápido, esa noche había luna llena se veía grande, era preciosa, pero ya era bastante tarde para seguir despierto y además a la mañana siguiente teníamos que ver si había alguien por ese lugar entonces decidimos acostarnos. Dos de nosotros se quedaron despiertos para vigilar si venia algo, ya de madruga, pues serian las 4 de la madrugada, los chicos que estaban despiertos miraban la luna con gran esperanza de volver a sus casa. De repente empezaron a escuchar ruidos… ¿QUE ES ESE RUIDO? ¿QUE PASA?, se preguntaban muy asustados. De repente cae una lluvia muy fuerte y se ve una sombra, una especie de sombra que tapa la luna, uno de ellos sale corriendo y se va con los demás, el otro paralizado por la luna se queda inmóvil su cuerpo no se movía. Llorando gritaba: !!SOCORRO!! NO ME DEJES AQUÍ SOLO, gritaba sin parar, de repente un silencio invade ese lugar, sentía que algo lo miraba, y en un segundo algo se abalanza encima de el, grita sin parar, pero no sirvió de nada, ya era tarde, algo se lo había comido solo quedo un collar y un trozo de camisa todo roto y lleno de sangre. Por al mañana vieron que no estaban, y se preguntaban ¿donde están?, giran sus cabezas y ven a uno de ellos tirado en el en suelo todo mojado, templando sin parar, le preguntaban que pasaba, no respondía… y de repente sale uno de ellos y ve la camisa y el collar, entra llorando y asustado y se lo enseña a los demás, se quedan paralizados, ¿ que había pasado? Se preguntaban, el chico que sobrevivió muy asustado les contó lo que había ocurrido, todos se quedaron perplejos ante sus palabras.


Pasado un rato y ya todos mas tranquilos salimos en busca de algo para comer y haber si había alguien por ese lugar para que nos ayudaran. Íbamos caminando y se escuchaba algo que corría detrás de nosotros, mirábamos para detrás y no se veía nada pero se escucha, entonces salimos todos corriendo sin rumbo, pero se escuchaba una vos que decía ¡PARAD! Entonces se pararon y vieron que eran otros 10 supervivientes. Uno de ellos pregunto que cuantos eran ese grupo, y no respondió éramos 10 pero a uno lo han matado.


Fuimos todos en busca de comida, y por el camino vimos monos, lagartos grandísimos y muy feos, mariposas, lemures, etc. Todo era precioso. Llegó la tarde noche, y fueron en busca de un lugar para dormir, lo encontraron y ahí se quedaron todos. Llego la noche cinco se quedaron despiertos para vigilar. Pero, una ves mas una luna preciosa iluminaba la noche, y de repente una lluvia cae muy fuerte, una sombra tapa la luna y la noche es mas ocurra que nunca algo coge a dos de ellos, los otros tres estaban llegando que habían salido a buscar leña para el fuego, se quedaron parados y sin palabras. Se preguntaban ¿Dónde estaban? Uno de ellos miro para el suelo y vio que había algo en el suelo. Cogieron la antorcha y alumbraron el suelo y vieron dos manos con un trozo de manga cada una y vieron que no eran iguales, fueron en busca de los de más y allí se quedaron todos juntos asustados. Al día siguiente los otros que sobrevivieron se lo contaron a los de más y todos asustados dijeron que es lo que pasa. Un día tras otro pasaba lo mismo hasta que desaparecieron todos menos tres. Ya asustadísimos no sabían que hacer eran tres ¿donde estaban? ¿Qué ocurría allí por las noches? Se preguntaban muy aterrorizados. Iban caminando y encontraron un pequeño poblado habitado por caníbales. Salieron corriendo los mas rápido que podían, los caníbales fueron detrás, tiraban lanzas, piedras… haber si les daba a alguno y efectivamente a uno de ellos le clavaron una lanza, a otro le alcanzo una piedra muy afilada en el pie, el que estaba en buen estado ayudo al que le habían dado en el pie, lo subió a caballotas y corrió. Llegaron a la orilla de un río era muy peligroso, tenia una fuerte corriente era muy difícil cruzarlo el que estaba bien se arriesgo y lo arrastro, el compañero se había que dado solo. Encontró unos palos y los uso de muletas, camino durante días hasta que llego hasta un peque lugar donde había mucha gente, casado se desmayo uno hombre le ayudaron y lo llevaron a una cabaña allí le dieron un poco de agua y comida. Apareció un piloto peguntado que si habían visto a algún hombre como el por allí, entonces lo llevaron a la cabaña y ¡allí estaba el único superviviente del accidente! El piloto trajo ropa limpia, el botiquín de primero auxilios, mas comida, agua, etc. El superviviente ya estaba mejor, entonces el piloto hablo con el superviviente y le pregunto que si quería volver a casa, el dijo que si. Regreso a casa vivo pero le tuvieron que quitar el pie y la mitad de la pierna ya que se le había infectado. Al cabo de unos días periodistas cámaras de televisión fueron a buscarle para que les contara ese experiencia tan terrible. Lo único que dijo es que nunca olvidaría ese terrible accidente, no hablaría con nadie de ese tema y no olvidaría a sus compañeros y mucho menos al que le subió a caballotas para salvarle.



Esa catástrofe me izo ver que el mundo no es de color de rosas y que más allá hay mas que un mundo por descubrir.

FIN


Asfine

lunes, 17 de noviembre de 2008

Ataque canibal


Un día iba un avión de Binter sobrevolando la selva y va y se le para un motor y luego el otro, total que el avión se estrello entre los árboles y la mayoría se murieron.
Los supervivientes que quedaron se despertaron aturdidos bajo la lluvia permanente que arreciaba en aquel lugar. No sabían que hacer, así que decidieron echar a caminar. Tras andar más de medio de día vieron como se ponía el Sol y buscaron donde refugiarse, encontraron una cueva donde pasar la noche.
Se veían las estrellas, no podían dormir, habían decidido que el día siguiente se dividirían y unos buscarían la comida y otros harían el campamento donde vivir hasta ser encontrados.
Pasaron los días, uno de ellos los que tenían que traer la comida no aparecieron por allí.
Al día siguiente fueron a buscarlos y vieron una imagen aterradora, las piernas de uno de sus compañeros estaban en el suelo arrancadas brutalmente del cuerpo que no se encontraba allí, volvieron al campamento para contar lo ocurrido a sus compañeros, pero su sorpresa fue cuando los encontraron también muertos, asesinados, quién había podido ser. No tardaron en encontrar la respuesta unas personas semidesnudas se encontraban allí, parecían indígenas e iban armados con machetes, intentaron huir pero les capturaron y les cortaron la cabeza.
Uno de los supervivientes del accidente logro huir de estos caníbales y pudo contar esta historia, ese fui yo, Umaga.
Umaga.

martes, 4 de noviembre de 2008

Edna


Ahora me encuentro aquí con ochenta y cinco años recordando viejos tiempos. Cuando era una jovencita de doce años mi gran sueño era ser actriz. Cuando cumplí los trece años empecé a ir a clases de interpretación y canto, pero mis padres no tenían mucho dinero y solo me pudieron pagar un mes de clase, entonces tuve que olvidarme de ser actriz.
Seguí con mis estudios pero a los dieciséis tuve que dejar los estudios y ponerme a trabajar en un bar de camarera.
Una mañana entró un hombre muy guapo, fui a atenderle y empezamos a hablar, me contó que trabajaba en un banco, que se llamaba Avelino y que tenía veinticuatro años. Empezamos a vernos todos los días, al cabo de unos meses nos enamoramos y fuimos novios durante un año y dos meses.
Él le pidió mi mano a mi padre y mi padre aceptó. Me case con diecisiete años, en una iglesia muy bonita. Dejé de trabajar de camarera para ocuparme de las tareas domésticas.
A los dos años de casados tuvimos que irnos a vivir a Madrid por motivos de trabajo de Avelino. Cuando llegamos a Madrid fuimos a ver la casa, era preciosa. Como Avelino ganaba mucho dinero empecé a ir a clases de interpretación y canto. Cuando acabé mi carrera me ofrecieron un trabajo en un teatro de Madrid.
Como los dos trabajábamos mucho no nos planteamos lo de tener hijos.
A los veinticinco tuve que dejar de trabajar porque Avelino cayó gravemente enfermo. Después de varios meses de hospital en hospital Avelino se curó.
Pero ya era demasiado tarde para retomar mis clases.
A los tres años decidimos tener un hijo. A los ocho meses nació Alfonso, nuestro primer y único hijo. Pasaron los años y Alfonso fue a trabajar a Barcelona, tuvo tres hijos.
Raquel que fue su primera hija, quiso ser actriz. Ahora estoy aquí con mis ochenta y cinco años muy feliz porque Raquel llegó a ser la actriz que a mí me hubiera gustado ser.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Vida de ensueño


Ahora que me encuentro cercano a mi muerte, dada mi avanzada edad, quiero recordar lo afortunada que fue mi vida, mi infancia fue buena, vivía en una buena casa y sentía que tenía toda la vida por delante pero tenía que estudiar mucho para sacarme una carrera y poder tener así un buen futuro: un buen trabajo, una casa, esposa e hijos y ser rico.
Una vez acabé los estudios, fui a la universidad y me saqué una carrera relacionada con la historia o la biología, no lo recuerdo muy bien… pero mi sueño era ser rico y famoso, por lo que quise ser algo relacionado con los negocios, lo tenía decidido quería ser presidente del mejor equipo del mundo el Real Madrid CF, que por aquel entonces tenía ya 15 Copas de Europa y nadie lo igualaba. Para intentar entrar en el club, tuve que mudarme a Madrid, dejando mi casa para ir los veranos.

Cuando llegué a Madrid, me presenté y fui elegido como director deportivo, mi sueño se estaba convirtiendo en realidad: cobraba un sueldo 10 veces mayor que el que tenía antes de camarero, me compré un chalet en las afueras de Madrid, un Ferrari, un Porche, un Audi, conocí a una chica que trabajaba en el club, jefa de cuentas, me casé con ella y tuve 3 hijos, estaba en la flor de la vida y acababa de ser presidente del Real Madrid, fui presidente varios años, y directivo otros tantos más, me jubilé y aquí estoy aguantando con 95 años, gracias al descubrimiento del método para esquivar a la muerte más eficaz, sólo al alcance de unos pocos.
Garbo

MEMORIAS Y TAL.


Deseoso estoy de contaros la dicha con que me ha tratado la vida,
a mis 100 años de edad mis conocidos más allegados han muerto
y feliz estoy de ser el último en vida,
pero por más que me pese, al entierro de todos he ido sin gana alguna,
que aburrido es ir más de 50 velatorios.

Sin más preámbulos os relato la historia de mi vida.
Yo no fui a la escuela, me quedaba en casa o cortando monte
aprendí a leer y escribir en casa de una tía mía inteligente y buena persona.
De mayor me casé con una muchacha del pueblo fea y gorda como ella sola.
Pero una Navidad me tocó la lotería y pensé en divorciarme,
le oculté el billete hasta que el juez nos divorció,
con el dinero me pagué unos estudios y me hice empresario
y de nuevo me casé.
En mi nueva vida de rico la cosa me fue muy bien,
me hice un chalé en la playa, y allí viví hasta la jubilación.
Tras ello me mudé a una residencia y feliz viviendo sin trabajar me empezaron
a llegar cartas de los familiares de mis conocidos fallecidos, y hoy que cumplo 100 años
digo, fastidiaros ineptos yo soy el último vivo.(parte final censurada)

Umaga.

Petra


La historia de mi vida
Petra guardaba un mal recuerdo de su infancia, porque cuando tan solo tenía diez años se incendió su casa jugando con sus amigos por una maldita vela, se quemaron sus muñecas, su ropa y todas las fotos de su infancia.
¡Que desgracia! -decía la abuela- la casa que había construido mi marido con tanto esfuerzo, con el dinero que había traído de Venezuela y que todos sus vecinos le ayudaron a levantar. Petra se había quedado sin casa y sus amigos que vivían en una cueva le dijeron para que se fuera con ellos ya que no tenia donde dormir.
Con diecisiete años terminó bachiller y se fue a la universidad de La Laguna, en Tenerife, empezó una carrera de magisterio. Nada más terminar se fue a África a dar clases a los niños más pobres. Se vino para España cuando tenia sesenta y cinco años, se quedaba en la casa que su abuela le había dejado, de herencia. Cuando llego quiso ir a ver la casa donde vivió su infancia, pero solo quedaba cuatro paredes, la estructura del techo se había derrumbado, y cuando entro en ella se la encontró llena de escombros.¡Que tristeza más grande! –dijo Petra- recordando esos momentos de su infancia. Como se ha pasado mi vida de rápido.

La historia de Adrián


Mis primeros recuerdos son de cuando tenía cuatro años. Yo vivía en una pequeña montaña llamada La Centinela con mis padres, mi hermano y mi abuela. Teníamos una casa más o menos pequeña pero acogedora.
En aquellos tiempos siempre estaba con mis amigos: Airam, Rubén y Antonio jugando al fútbol. ¡Que buenas tardes pasábamos! Pero un día ocurrió una desgracia… Volvió de Cuba el vecino, Juan, y se encontró con lo que era su huerto de papas convertido en un campo de fútbol, muy enfadado cogió un palo para darnos una lección. Nosotros muy asustados salimos corriendo, cuando íbamos llegando a mi casa Rubén se tropezó con la raíz de un árbol y entonces el hombre muy enfadado lo agarró por los pelos y le dio tres palos por las costillas. Él pobre lloraba sin cesar. Es una de las cosas de mi infancia que mas recuerdo.Empecé trabajando cargando piñas en la finca de un tío mío. Trabajaba desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde. Ganaba una miseria, apenas me daba para comer. Un día tuve la oportunidad de irme a Venezuela a casa de unos parientes que me ofrecieron un trabajo como conductor de camiones. Allí pasé más de treinta años. Hice una pequeña fortuna con la que volví a mi tierra. Y ahora estoy aquí jubilado con ochenta y cinco años, rodeado de mis nietos.

Eustakio (el de La Pradera)


Mis primeros recuerdos son en Los Alpes con mi hermano mayor (Okiausto), que en paz descanse. Recuerdo con orgullo las bromas que me gastaba cuando todos los días íbamos por los caminos con dirección a casa de nuestros tíos. Un día cuando volvíamos de allí, empezó a llover, como no paraba, nos refugiamos debajo de la casa de un viejo, y como mi hermano le encantaba hacerse el gracioso se metió en el granero y empezó a armar la fiesta con las gallinas. Cuando el viejo se asomó nos pegó dos gritos que se escucharon en todo el pueblo, nosotros asustados salimos corriendo.
A los catorce años me fui a vivir con mi familia a Bulgaria pensando en un futuro mejor, que no encontré. Allí tuve mi primer amor, se llamaba Muriel, una chica muy inteligente. Aunque su familia no me caía bien, porque eran muy raros. Tenían siete hijos, que se llamaban Cassy, Miranda, Grobo, Anaís, Tandariel, Húmfre y Muriel.
A los veintiún años viví en Jamaica, con Muriel, mi esposa estaba embarazada de nuestro primer hijo, Jermecio. En aquel momento trabajaba en una mina.
A los cincuenta y cinco años con nuestros hijos ya mayores, nos trasladamos a Nueva Jersey, para tener una mejor calidad de vida.
Después a los setenta y nueve años contraje una extraña enfermedad ahora conocida como SRA (Síndrome respiratorio agudo) en un viaje que hice a China, con mi esposa. Estuvimos un año en cuarentena, mi esposa por desgracia no soportó la enfermedad.
Después de aquello me quedé solo y el único consuelo que tenía era el de mis cuatro hijos.
Ahora a mis noventa años recuerdo con cariño a mi esposa y mis hijos a mi lado. Y viejo como estoy escribo mi vida con momentos duros aunque una vida que no cambiaría por nada en el mundo.

Refinnej y Zirtaeb

Animago


Yo, Animago, teniendo ya mis 80 años me despido de esta vida, recordando aquello que he vivido.

En los primeros 15 años, recuerdo mis tardes en Gallegos como las veía pasar pensando en como sería mi vida.

Desde los 15 a 23 años, estudié en la Universidad de Tenerife arqueología, habiendo acabado la carrera me llamaron para trabajar en Inglaterra, me fui.

De los 30 años a los 50, viví muchas aventuras por todo el mundo teniendo en cuenta que siempre mi vida estaba en peligro, pero no temía a la muerte, pues es inevitable que tenga que pagar a Caronte para pasar la Laguna Estigia.

De los 50 a los 70 años, dejé las aventuras para tener que sumergirme en los libros del pasado. Tenía en la mente en la tercera guerra mundial pues el fin del mundo se aproximo una vez más.

Y llego a los 80 años con el planeta destruido y Marte, esperando mi llegada y la de toda la humanidad.

Animago.