lunes, 30 de marzo de 2009

Una historia muy triste

"Por una vez no pasa nada..." Sus palabras resonaban en mi mente, hundí de nuevo el rostro en mis manos mientras me caían de nuevo las lágrimas. No me lo creía, mi mejor amiga desde que apenas teníamos uso de razón estaba ahora entre la vida y la muerte. Volví a recordar nuestra discusión de anoche, todo parecía ahora tan lejano... Mi casa, ella diciéndome que fuéramos a la fiesta, yo diciéndole que no, que estaba cansada, pero como de costumbre acabó convenciéndome de que fuéramos. Accedí porque la conozco, y sabía que verdaderamente le hacía ilusión ir a esa fiesta, la había invitado ese chico que ocupaba toda su mente. Pero el problema fue cuando llegamos, no era la clase de fiesta que yo esperaba encontrarme. Todo el mundo consumía substancias ilegales y todo tipo de cosas. "Vamonos de aquí ahora mismo" - le dije, pero ella no quería y por más que insistí no hubo manera, de modo que nos quedamos. Me prometí a mi misma que la vigilaría, pues sé como es, y sabía que si la dejaba sola podría acabar cometiendo cualquier locura de esas que tanto le gustan. De pronto alguien me tocó la espalda, me giré y era mi vecino, me paré a saludarle y cuando me di cuenta Brenda ya no estaba a mi lado. "¡Brenda!" - le grité, pero nadie contestaba, aunque había bastantes posibilidades de que no me hubiera oído, la música estaba muy alta. Estaba empezando a buscarla cuando vi a lo lejos un montón de personas alrededor de alguien, y cuando vi su pelo rojo en el suelo se me vino el mundo encima. Llamé rápidamente a la ambulancia, y aquí estoy yo, sentada, en una sala fría, pensando que a lo mejor esto le ha costado la vida.



Estaba muy preocupada, horas mas tarde me dieron noticias de Brenda me esperaba lo peor, me dijeron que estaba en coma muy grave y que todo gracias a que se había pinchado heroína. Me lo imaginaba por todo lo que había visto en la fiesta, una hora después llamé a su madre para comunicarle lo que le había pasado, no podía dejar de llorar, no articulaba ni una palabra le dije que se tranquilizara, unos minutos después estaba más tranquila -le dije, que estaba en el hospital general de la palma. Tardo en llegar porque vivía muy lejos pero ya estaba allí. Fue a hablar con el medico para ver como seguía su hija, hablaron y el le dijo que había una leve mejoría. Pues pasaron unos días y Brenda se iba recuperando poco a poco.

martes, 3 de marzo de 2009

Amores en tiempos medievales


Volvía el caballero de la batalla. Había llevado seiscientos soldados y solo habían regresado doscientos. La princesa estaba esperando a que llegara su amor. Los familiares de los soldados esperaban su llegada, pero no llegaron todos. La princesa estaba en el balcón, observando a su soldado.
Llegó la noche y el soldado apareció por el balcón, miró por la ventanilla de la puerta y vio que estaba el prometido de la princesa. Esperó, cuando se fue, entró. La princesa se alegró de verlo porque había esperado mucho. El soldado, Manuel, le preguntó a la princesa, Antonieta, que cuándo le iba a decir a sus padres que no se casaba con Mateo, su prometido.
De pronto tocaron la puerta, Manuel se escondió debajo de la cama. Era la sirvienta, le había traído la cena. Manuel tenía hambre y comió un poco de la cena de Antonieta.
Llegó el padre de Antonieta, Anthony, entró sin tocar y pilló a Manuel, Antonieta se sorprendió y fingió estar peleando con Manuel por una joya. Anthony no la creyó y la iba a echar del castillo, pero Manuel discutió con Anthony para que no echara a Antonieta. Manuel fue a prisión pero Antonieta lo sacó sobornando a uno de los guardias. Manuel estuvo seis meses encerrado, pues era el tiempo que tenía que estar en prisión.
Después de seis meses, Manuel decidió salir, había quedado con Antonieta, en el bosque que había a un par de metros de su casa. Estaban planeando escaparse. Antonieta le tenía que decir a sus padres que no se iba a casar con Mateo y escaparse. Al llegar al castillo, Anthony le dijo a Antonieta que ya sabía lo que le iba a decir, pues le había puesto un vigilante. Antonieta quiso escapar pero no pudo porque detrás tenía a su vigilante.
Llegaron tiempos de guerra, los soldados se tenían que ir pero tenían que llegar los soldados que habían enviado de un país cercano y amigo del rey. Llegaron a las pocas horas y salieron en sus caballos rumbo a la ciudad enemiga. Tardaron unas pocas semanas en llegar.
Nada más llegar, empezó la batalla. Tardaron dos horas en derrotar a los mongoles. Habían conquistado Mongolia. Construyeron un pequeño castillo en tres meses. Era para Antonieta, Anthony había decidido casarla con Mateo.
En una semana llegaron los soldados, Antonieta estaba en la ventana de su cuarto, buscó a Manuel pero no lo encontró, lo habían matado. Pronto llegaría el día de la boda de Antonieta con Mateo y le estaban haciendo el vestido. Cada semana tenían que hacerlo más estrecho porque Antonieta apenas comía y cada vez estaba más delgada.
Llegó el día de la boda y en una hora tenían que hacerle un cinturón para que le quedara bien el vestido. Al terminar la ceremonia, Antonieta se las apañó para meter veneno en la copa de su recién esposo, pero Mateo se dio cuenta y no se bebió el vino.
Antonieta se estaba volviendo loca, no podía olvidar a Manuel y no soportaba a Mateo. El castillo que habían construido para Antonieta y Mateo, iba a ser solo para Antonieta porque había matado a Mateo y su locura cada vez iba a más. Odiaba a su padre pero no podía hacer nada, la tenían vigilada. Antonieta empezó a pensar, decidió relajarse para que le bajaran la guardia. Todo pasó como ella pensaba. Cuando le bajaron la guardia, ella aprovechó y se escapó. Salió corriendo y se refugió en el gran agujero de un gran árbol que estaba lejos de su castillo. Decidió dormir unas cuantas horas, pues se había escapado de día y para poder seguir tenía que ser de noche. Eran ya más de las dos de la madrugada cuando decidió salir. Cuando salió, empezó a correr, tenía miedo de que la pillaran. En su camino, encontró un caballo pero no llegó muy lejos, el caballo estaba enfermo y se murió cuando Antonieta estaba durmiendo. Cuando se despertó y vio que el caballo estaba muerto ni siquiera se paró a pensar en que hacer, empezó a caminar. Llegó a un país desconocido. Mató al gobernador y pronto empezó a gobernar ella y a entrenar a sus soldados.
Estaba encerrada en su cuarto y decidió, tras pensarlo una y otra vez, matar a su padre. Al día siguiente, comunicó a los soldados que iban a partir dentro de muy poco tiempo. Los soldados dedicaron ese tiempo a entrenar. A los dos días salieron hacia el país de la gobernadora, como la llamaban ellos. Tardaron varias semanas en llegar. Cuando llegaron, fueron directos a donde vivía el rey y lo amarraron para que la gobernadora decidiera qué iba a hacer. Encontraron a la reina y la llevaron a donde estaba la gobernadora, y allí se quedaron las dos hablando. La reina le contó que el rey la tenía encerrada porque decía que ella era la culpable de que Antonieta se hubiera escapado. Magdalena Matilda, la madre de Antonieta tenía moratones por los brazos, decía que Anthony la maltrataba. Magdalena Matilda no había reconocido a Antonieta.
Antonieta, llena de furia salió corriendo hasta donde tenían encerrado al padre. Cuando lo vio le dio pena pero pensó que si lo encerraba, lo tenía a pan y agua y le pegaba iba a pagar lo que le había hecho a ella y a su madre.
Antonieta mandó a los soldados a que se fueran a buscar sus pertenencias porque a partir de ese día, todos se iban a quedar allí y tenían que convivir con los soldados que tenía su padre. Los soldados salieron a las cinco de la mañana y en tres semanas llegaron a sus casas, empezaron a empacar con gran rapidez y salieron hacia Rusia, donde la gobernadora tenía su castillo. Tardaron otras tres semanas en llegar a Rusia.
Al principio se le asignaron cuartos en el castillo, pero la reina mandó a hacer casas para ellos, les dio la libertad de hacerla como ellos quisieran. Los soldados tenían tanta prisa por acabar que apenas dormían. Cuando tuvieron terminadas sus casas, empezaron la mudanza.
Un día, llegó Abraham, el vigilante que le había puesto Anthony a Antonieta antes de que se escapara. Tuvieron una larga charla, pues él era su mejor amigo en esos tiempos. Antonieta no entendía por qué su mejor amigo la había traicionado. Abraham le dijo que fue porque el, en esos tiempos, estaba enamorado de ella y Anthony le prometió que si la vigilaba, mataba a Mateo y él se casaría con Antonieta.
Antonieta salió enfurecida hacia donde estaba su padre y le reprochó todo lo que le había hecho sufrir. Mandó llamar a uno de sus mejores soldados y mandó matar a su padre.
Antonieta fue a donde estaba su madre, y le contó que ella era su hija, que se había escapado para no seguir sufriendo, pero el llegar y verla a ella toda amoratada le dolía más que diez años de castigo para ella.
Magdalena Matilda le dijo a Antonieta que soltara a Anthony, pero ella le dijo que lo había mandado matar. Magdalena Matilda estaba triste porque al fin y al cabo eran muchos años de matrimonio. Antonieta le dijo a su madre que no llorara, que Anthony no se merecía ni una sola de sus lágrimas y así lo hizo. Por fin podía respirar, pues ya no tenía que estar aterrorizada esperando a que llegara y le diera otra paliza sin razón, solo porque a él le daba la gana.
Antonieta acabó olvidando a Manuel y se casó con Abraham. Magdalena Matilda se casó con uno de los soldados más viejos y ya retirados.
Ya no se les podía llamar soldados porque después de la muerte de Anthony, se acabaron las guerras, ya no había combates.
A los cinco años de haberse casado Antonieta con Abraham, murieron Magdalena Matilda y su marido. A Antonieta le costó recuperarse de la muerte de su madre, pero gracias a Abraham había conseguido superarlo.

El espejo absorbió mi luz






(Le comunico que la historia tiene términos disparatados e incorrectos en la lengua española, no se cabreen si aparecen nombres de personas reales y por favor le recomendamos por su propio bien, que no intente buscarle lógica a este cuento).


Ya salio Sol, y pegando dos gritos nos despertó a todos, así fue como empezó el día en casa de los Runguinfor, hoy era el día en que nos íbamos a comprar el espejo principal de la casa porque Pirule Tuny (mi prima) no podía estar un día sin mirarse al espejo, era una gran maldición para ella, era algo que la pobre no podía soportar, así que como cualquier día decidimos ir al centro comercial Machupichu para hacer algunas cosas y de paso comprar un maldito espejo.
Cuando desperté aquel día me halle en el suelo, aquello era penoso me había caído de la cama y había seguido dormida tan pancha, me levante y decidí vestirme antes que nadie, porque si no, luego me tocaba tener que vestirme en el coche, y eso es algo un tanto incomodo.
Al bajar estaba todo el mundo desayunando, mi tía, que es media brujilla, es decir, que sabe sobre cosas paranormales y hace magia y conjuros y cosas así, luego está Aarón, el chico que deja media hora la lache en el microondas porque dice que le gusta bien tostada y César (su hermano), Joel,(mi primo) un poco medio cabra, Ainoa, Diana, (las típicas amiguitas) y Pirule Tuny y Sorondongue, que son divinos de la muerte, o sea .Tú tenías que imaginarte como era comer con ellos, aquello era un caso y lo demás son coñerías.
Teníamos que estar a las seis y media de la mañana en el centro comercial para hacer cola, aquello era lo que esta de moda ahora.

Y bueno no voy a contar lo que ocurrió en el centro comercial solo diré que Joel rompió, como siempre una figura, porque el lo vale y tuvimos que salir disimuladamente de aquella tienda para no llamar la atención, cosa que no logremos y tuvimos que desfilar vestidos de payasos y cantando una feliz canción para saldar la deuda.
El espejo que habíamos comprado era muy grande, creo que Pirule se había pasado con las dimensiones, y cuando lleguemos a casa tuvimos que cortarlo en trozos y colocarlos, el más grande en el salón y el más pequeño en el jardín, para que la gente se pudiera arreglar antes de llamar a la puerta.
Cansados de tan trabajoso día, nos acaparamos en el sillón, y a los tres minutos llegaba mi tía, con su coche descapotable
- Hola chicos, ¿habéis comprado ya el espejo? –
- Sí, y la verdad, creo que hemos comprado demasiado espejo - contesta Diana
- Sí ya, he podido arreglarme estos pelos en el jardín, cosa que no podía hacer antes, déjenme mirar el espejo del salón, tengo que inspeccionarlo-
Mi tía, se quedó largo rato tendido, mirando aquel espejo, hasta que Aarón dijo
- Tuvimos que comprar ese espejo, porque era el único que conseguimos que Joel no rompiera.
- Heeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee – salta Joel –solo había sido una figura –
- Déjenlo ya chicos, este espejo tiene algo que no me acaba de convencer, me recuerda a uno... chicos, no os miréis en el espejo por la noche, no vaya a ser lo que yo digo -
- ¡QUÉ!, Y NO PODRÉ MIRARME EN EL ESPEJO POR LA NOCHE – salto y de que manera, Pirule.
- Bueno chicos, sí, y qué pasa por eso, acaso te vas a morir – seguía diciendo tía.
- Pero imagínate, y si llama alguien por la noche y pinta que yo no me arreglado, voy a darle la bienvenida al invitado con los pelos como una bruja – Pirule Tuny seguía hablando.
Nosotros como veíamos que Pirule no paraba de hablar, tuvimos que llevarla a su cuarto entre sus bullicios y gritos.
Era por la noche, y todo el mundo se encontraba en su cuarto, unos durmiendo y otros…, bueno otros no dormían. Yo, era de las que dormía, pero por poco tiempo, porque luego me desperté sobresaltada, había soñado con una pantalla negra en la que había escrito en letras rojas, “tienes sed, despiérnese y haga el favor de beber agua” y evidentemente me desperté y bueno me hice caso y fui a beber agua a la cocina. Para ir a la cocina había que bajar al piso de abajo y pasar por el salón donde se encontraba el espejo, que estaba tapado con una mantita para evitar accidentes de mirarse sin querer en el espejo por la noche, pero yo al bajar y como no encendí la luz y tengo mucha buena suerte, me resbalé, me caí al suelo de culo y antes de que el espejo se cayera yo hice una magnifica maniobra en la que cogí el espejo antes de que tocase el suelo pero la mantita no resistió la fuerza de la gravedad y se cayó, y entonces…no pasó nada, bueno eso creía yo, porque como no veía nada ya que estaba todo oscuro, fui a la cocina, bebí agua y me volví acostar.
A la mañana siguiente, me levante chachi y temprano y bajé a desayunar con los chicos pero resultó que nadie se daba cuenta de que estaba allí y cuando decía algo le gente preguntaba pero ¿Zirtaeb, eres tú?, ¿dónde estás? Aquello era rarísimo y pensé ¿Qué me pudo haber pasado? Pero como no era de extrañar mi tía tenía una respuesta para todo y dijo:
- Ves, yo lo sabía, el espejo absorbió tu luz y ahora no te puede ver nadie –
- jajaja, Zirtaeb ¿Qué hiciste con el espejo? – dijo entre risas Diana
Y Ainoa por seguir el royo dijo – Zirtaeb, si me quedo sin ti que haré, guaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa guaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
- Yo sé lo que debes hacer si quieres recuperar tu luz – contestó de repente mi tía
- A, sí, ¿y cómo?, porque no me voy a quedar así para el resto de mi vida -
- Pues no estaría nada mal - tenía que decir Joel
- Si quieres recuperar tu luz debes ir al mundo del espejo a reclamarla –
- Tía ¿no has pensado en ser escritora, dices muchas bobadas, a lo mejor va y se te da bien? - dijo Sorondongue
- Una vez escribí un libro y tuvo su éxito, no te creas (omitimos esta parte por motivos de seguridad y para no aburrir un poquito más al personal, pero para que no os quedéis con la intriga, le daremos un resumen de lo que ocurrió “bla blaabla blablabla bla bla bla blaaaaaaaaaaaaaaabla…”) ya era por la noche y yo seguía esperando a que mi tía dejara de andarse por las ramas y me contase como iba yo a recuperar mi luz, pero estaba pidiendo mucho y tuve que esperar hasta mañana, si sigo viviendo aquí y no me ha dado algo es porque Dios es grande, o al menos eso creo.
Ya era por la mañana y para salir corriendo para ser yo la primera que hablase con mi tía, tuve que comerme por lo menos 3 paredes, y ese no era precisamente el desayuno que yo tenía previsto para aquel día.
-TIA, dime rápido y corriendo como puedo recuperar mi luz
Maldita sea en la hora en la que dije eso y ella va y me hace caso, salimos hacer footing y mientras corríamos me contó rapidito como podía recuperar mi luz, no sé yo si eso es originalidad o un poco de ganas de tomarme el pelo, pero el caso es que por fin me lo había dicho. La dejé corriendo, y fui a recuperar lo que era mío, el espejo que estaba en el salón había absorbido mi luz y ahora yo podía atravesarlo.
Para recuperarla, mi tía me había dicho que aquel espejo era una especie de puerta, al principio este tipo de espejos eran inofensivos pero se cuenta que un niño que pasó por la noche por un espejo de este tipo, lo acabó rompiendo y desde entonces no se volvió a saber nada de aquel niño, se dice que en aquella noche todos los espejos quedaron malditos, de ahí viene “si rompes un espejo 7 años de mala suerte”, desde aquella noche, mucha gente perdía la luz por la noche cuando se reflejaban en ellos, y luego conseguían traspasarlo pero no podían volver hasta que la recuperasen, por eso muchos se quedan en el espejo, dispuestos a hacer lo que haga falta para conseguir una y poder salir de allí, algo parecido a lo que le había pasado a aquel niño. Ese espejo se había convertido en un absorbedor de luces humanas por la noche, y las guardaba luego en su mundo, si iba a atravesarlo tenía que estar segura de lo que estaba haciendo, y así fue, decidí atravesarlo aquella misma noche.
Me desperté a las 3 de la madrugada y bajé las escaleras, me sentía como un astronauta antes de emprender su vuelo, la diferencia era que yo estaba como un flan “de temblado, me refiero”.
9…8…7…6…5…4…3…2…1…000000, que bonita cifra había sido en euros si no tuviese “…” y fueran míos, pero en fin, había entrado en aquel lugar y solo puedo decir que no vi nada, solo escuché muchas voces que me daban la bienvenida, y me guiaron hacia una especie de puerta, al abrirla vi … vi … un teléfono inalámbrico, ejem, bueno un teléfono, yo me esperaba, no sé otra cosa, pero un teléfono esta bien sí, sí , muy bien, y haber si funciona, espera que es esto, el teléfono tiene un cartel donde pone Funciona, esto que es, el teléfono de la empresa de Pascual, vale, está bien, es normal a menudo se ven teléfonos, pero que digo, me estoy enrollando cada vez más.
RING GRIN FIRRIN TUTITTRBYRooooooooorrrrrrrrrrrrrrrr, bueno supongamos que es así como suena un teléfono, menudo dolor de cabeza, y lo cogí:
- Y si dígame, al habla alguien –
- Somos de la compañía, A mí que me importa, díganos en que podemos servirle, y le serviremos un café
- Servirla, servirnos, (el interlocutor lo flipaba y le seguí la corriente) somos Pepita y Chúfica, venimos al mundo del espejo para comprar un producto, que solo se vende aquí, ¿nos podría ayudar y decir donde podemos encontrarlo?
- Y a mí que me importa – y colgó
Bueno, era de esperar, mi tía me había dicho que la gente de aquí no era mucho de ayudar.
Paso el tiempo y empezó a escucharse un ruido, mire detrás y detrás de mi espalda estaba apareciendo una puerta, que impredecible aquello dentro de poco me crecería encima, y bueno como era de esperar abrí aquella puerta y me encontré encima de un paisaje un poco extraño, estaba en Barlovento pero parecía mas bien una mezcla entre un desierto del Sahara y el salvaje oeste, y me encontré a Estefanía que iba con un trapo en la cabeza, y me dijo que se iba al Roque de los Muchachos porque allí ya no había nada que hacer. Y la siguiente conversación que tuve con ella fue esta:
- Estefa, tu por aquí
- Si, me largo de aquí, porque francamente no sé que me importa estar aquí
- A, a, ¿en qué trabajas aquí?, ¿en teléfonos que sirven café?
- No, que va, yo trabajo en carteles donde hay que escribir funciona, pero sabes qué, no me es rentable, así que adiós, me despido de ti y me voy. (verdad te suena ya ya lo se, es de Julieta Venegas pero es que algunas de sus letras son como bombazos, que quieres que te diga).
Pues ya ven, aquí solamente se trabaja en eso, en escribir carteles con palabras como funciona, en elabora los teléfonos, en servir el café, en encargarse de vigilarlo todo, el de la organización, y el entupido que habla al otro lado del teléfono. Y si Barlovento por las calles traseras estaba plagado de gente, que hacia todo eso, y al acercarme al interlocutor para ver quien era aquel gracioso con el que había hablado por teléfono me di cuenta de que era Joel
- hola Zirtaeb, que tal por aquí, eh –
- pues ya vez, buscando mi sombra, no como otros que se encargan de fastidiar, y ¿qué haces tu aquí? por cierto
- bueno digamos que, yo tengo mis contactos y conocía el lugar antes de entrar aquí, sabía lo que iba a pasar y por eso quise fastidiarte…
- ¿Qué?
- somos el espejo y nos encargamos de supervisar de que no toda la gente se vea bien cuando se mire en el, y de que algunos tengan que entrar para recuperar su luz, como es tu caso, ya vez, aquí yo soy el jefe
- vale Joel lo que tu digas, quiero mi luz, escuchas
- Zirtaeb, ¿que dices?
- Quiero mi som… ños que eficaz es esto, digo quiero mi luz y ya la tengo
- Tu luz, que tiene que ver ir al centro Machupichu, con tu luz
Sabia lo que estaba ocurriendo, me había quedado dormida, antes de ir al centro comercial, Joel iba a ver lo que era bueno
- ¿Te ocurre algo? Zirtaeb
- No, que va, y tú tampoco debes estarlo, no vas a romper nada.
- ¿Eh? Estas muy rara tú
- No, que va, quizás solamente rompas un espejo.


Eran las 7:30




Eran las 7:30 de la mañana y sonaba el despertador, me tenía que levantar para ir al instituto pero no tenía ganas y tenía que ir al trabajo por lo que me tuve que levantar. Fui al baño y volví a seguí durmiendo un poco más. A los diez minutos vino mi madre a mi cuarto diciéndome que me levantara que ella se mi cuarto para cambiarme cuando noté algo raro en el espejo como una sombra, pero yo como soy algo pasota pasé del tema y pensé que sería una tontería. Me vestí corriendo y no desayune, me fui rápido de mi casa porque sino iba a llegar tarde como me pasa habitualmente.Llegaron las 2 de la tarde y ya tenía que regresar a casa, mi amigo Julián me dijo de ir a mi casa para estudiar los dos juntos, yo no quería estudiar pero cedí.Nos pusimos en el salón a estudiar aunque más bien el que estudiaba era el, yo tenía ganas de ir al baño así que fui y cuando me iba a lavar las manos vi otro reflejo en el espejo como de de una cara con una expresión aterrorizada, pensé que era producto de mi imaginación, así que me fui al salón de nuevo, pero algo me aturdía, pero quería creer que aquello no era verdad. Cuando Julián se fue decidí volverme a poner delante del espejo, no sentía miedo de lo que me podría pasar, no me podía quedar con la duda de si era mi imaginación o no. Me puse delante del espejo fue cuando no vi mi que no había reflejo me quede muy confundida, pero a los segundos note que el espejo me absorbía no me lo podía ni creer, cuando me di cuenta parecía que yo estaba en otro lugar, no entendí nada, era como una empresa, donde había mucha gente trabajando pero parecía que nadie me veía porque todo el mundo pasaba de largo, es como si yo lo estuviera viendo pero de otro lugar, vi un calendario colgado en la pared y sin quererlo miré la fecha ponía 10 de enero de 1959, pero si estamos en el 2009 pensé, ahí fue cuando pensé que alo mejor estaba en el pasado que el espejo era algo como una máquina del tiempo y acerté aunque no del todo…Fue cuando de repente parecía que la empresa empezaba a arder y la gente intentaba salir pero las puertas estaban cerradas, parecía que alguien les había tendido una trampa y los quería matar... Yo estaba viendo como ellos sufrían, fue muy traumático para mi, al rato note que algo me volvía a absorber y fue cuando volví a casa, allí en mi casa me puse a plantearme muchas preguntas, ¿Por qué yo veía eso?, ¿Cómo podía ser que a través del espejo hubiera una especie de máquina del tiempo?... Eran muchas preguntas sin respuestas.A la hora llegó mi madre y al notarme rara me preguntó que me pasaba pero estaba claro que no le podía contar lo que me había pasado, me tomaría por una loca… Fue cuando se me ocurrió preguntarle si sabía de algún accidente en el año 1959 pero me dijo que ella cuando eso no había nacido que le preguntara a mi abuelo, yo hacía tiempo que no veía a mi abuelo desde que mi abuela había muerto mi abuelo se había distanciado mucho, quiso que lo metieran en un asilo porque decía que no nos quería molestar, y nosotras al no tener casi tiempo lo íbamos a visitar una ves al mes.Decidí ir a verlo para preguntarle lo del accidente, así que cogí el autobús y me fui a verlo.Cuando llegué me lo encontré en el sillón viendo la tele y cuando me vio se levantó a recibirme, me dijo que le parecía raro que yo estuviera allí porque no era sábado y yo para no andarme con muchos rodeos le pregunte lo del accidente, se quedó asombrado cuando se lo pregunté y me dijo asustado que no quería hablar del tema me quede en silencio pensando en el por qué no quería mi abuelo hablar del tema. Le seguí insistiendo hasta que me dijo que no siguiera que era peligroso, le dije que por qué iba a ser peligroso hablar de ello… me terminó contando que si se hablaba de ese tema podrían aparecer caras en los espejos y por eso él no tenía espejos en su habitación. Pensé en que eso era imposible porque a mi se me aparecían antes de que yo hablara de ese tema. Le dije a mi abuelo que ya que habíamos empezado a hablar del tema debíamos terminar pero me contestó que sería peligroso para mi y le dije que ya se me habían aparecido caras en el espejo sin yo haber hablado del tema, y me dijo que podría ser porque yo vivía donde había ocurrido ese accidente. Ahí si que me asusté y me dijo que por eso no le gustaba ir a mi casa, que había intentado que mi madre y yo nos fuéramos de allí pero que mi madre pensaba que eso era una tontería, por lo que yo deducía que a mi madre no se le habían aparecido porque sino ya nos hubiéramos ido de mi casa. Le pregunté a mi abuelo que por qué se me aparecían a mi y no a mi madre pero el para eso no tuvo respuesta. Me terminó contando lo que había sucedido antes de que allí estuviera mi casa. Me contó que antes hubo una pequeña empresa y que se había quemado todo parece que alguien los había encerrado a todos allí dentro y lo había quemado todo, pero que no se supo nunca quien fue…Decidí volver a mi casa para ver si podría adentrarme de nuevo en el espejo y descubrir algo. Me despedí de mi abuelo y me fui a mi casa pensando por el camino sobre todo lo que me había dicho mi abuelo.
Cuando llegué a mi casa me encerré en mi cuarto, miré al espejo y se me apareció otra cara toda quemada como la de una niña, parecía que me intentaba decir algo pero no se le entendía nada, de repente vi como el espejo me absorbía y me encontraba de nuevo en aquella empresa, yo observaba todo, fue cuando vi al culpable de que se hubiera quemado todo, también vi como la niña que se me solía aparecer también se quemaba lo que no comprendí que podía hacer una niña en esa empresa… quise detenerlo pero no podía hacer nada, de repente estaba otra vez en mi cuarto, volví a mirar al espejo y se me volvió a aparecer esa niña, me hablaba y esta vez si se le entendía, me dijo que la ayudara a salir de ese espejo que toda la gente que había muerto en aquel accidente estaba allí atrapada, que el que había matado a aquella gente había sido su padre le pregunté que porque su padre había hecho eso y porque se me aparecía allí, me dijo que su padre se había vuelto loco por la muerte de su mujer y siempre le había echado la culpa a ella de su muerte por eso la había matado, y que solo yo podía vengar su muerte y la de aquellas personas que no tenían culpa, por unos segundos me quedé en silencio y pensé en como yo podría ayudarla, luego reaccioné y le pregunté, me contestó que conocía una persona que tenía las pruebas, era un policía que había sido chantajeado por su padre y había ocultado las pruebas lo que lo más seguro es que ese policía ya estuviera jubilado. Hice lo que pude, al final conseguí las pruebas delaté a ese policía y fueron a la cárcel el padre de la niña y el policía corrupto. La niña se me apareció por última vez y me dio las gracias, ahora por fin todas las almas de las personas que habían muerto allí serían libres y ella por fin podría estar con su madre, cosa que deseaba desde hacía muchos años.