martes, 3 de marzo de 2009

Amores en tiempos medievales


Volvía el caballero de la batalla. Había llevado seiscientos soldados y solo habían regresado doscientos. La princesa estaba esperando a que llegara su amor. Los familiares de los soldados esperaban su llegada, pero no llegaron todos. La princesa estaba en el balcón, observando a su soldado.
Llegó la noche y el soldado apareció por el balcón, miró por la ventanilla de la puerta y vio que estaba el prometido de la princesa. Esperó, cuando se fue, entró. La princesa se alegró de verlo porque había esperado mucho. El soldado, Manuel, le preguntó a la princesa, Antonieta, que cuándo le iba a decir a sus padres que no se casaba con Mateo, su prometido.
De pronto tocaron la puerta, Manuel se escondió debajo de la cama. Era la sirvienta, le había traído la cena. Manuel tenía hambre y comió un poco de la cena de Antonieta.
Llegó el padre de Antonieta, Anthony, entró sin tocar y pilló a Manuel, Antonieta se sorprendió y fingió estar peleando con Manuel por una joya. Anthony no la creyó y la iba a echar del castillo, pero Manuel discutió con Anthony para que no echara a Antonieta. Manuel fue a prisión pero Antonieta lo sacó sobornando a uno de los guardias. Manuel estuvo seis meses encerrado, pues era el tiempo que tenía que estar en prisión.
Después de seis meses, Manuel decidió salir, había quedado con Antonieta, en el bosque que había a un par de metros de su casa. Estaban planeando escaparse. Antonieta le tenía que decir a sus padres que no se iba a casar con Mateo y escaparse. Al llegar al castillo, Anthony le dijo a Antonieta que ya sabía lo que le iba a decir, pues le había puesto un vigilante. Antonieta quiso escapar pero no pudo porque detrás tenía a su vigilante.
Llegaron tiempos de guerra, los soldados se tenían que ir pero tenían que llegar los soldados que habían enviado de un país cercano y amigo del rey. Llegaron a las pocas horas y salieron en sus caballos rumbo a la ciudad enemiga. Tardaron unas pocas semanas en llegar.
Nada más llegar, empezó la batalla. Tardaron dos horas en derrotar a los mongoles. Habían conquistado Mongolia. Construyeron un pequeño castillo en tres meses. Era para Antonieta, Anthony había decidido casarla con Mateo.
En una semana llegaron los soldados, Antonieta estaba en la ventana de su cuarto, buscó a Manuel pero no lo encontró, lo habían matado. Pronto llegaría el día de la boda de Antonieta con Mateo y le estaban haciendo el vestido. Cada semana tenían que hacerlo más estrecho porque Antonieta apenas comía y cada vez estaba más delgada.
Llegó el día de la boda y en una hora tenían que hacerle un cinturón para que le quedara bien el vestido. Al terminar la ceremonia, Antonieta se las apañó para meter veneno en la copa de su recién esposo, pero Mateo se dio cuenta y no se bebió el vino.
Antonieta se estaba volviendo loca, no podía olvidar a Manuel y no soportaba a Mateo. El castillo que habían construido para Antonieta y Mateo, iba a ser solo para Antonieta porque había matado a Mateo y su locura cada vez iba a más. Odiaba a su padre pero no podía hacer nada, la tenían vigilada. Antonieta empezó a pensar, decidió relajarse para que le bajaran la guardia. Todo pasó como ella pensaba. Cuando le bajaron la guardia, ella aprovechó y se escapó. Salió corriendo y se refugió en el gran agujero de un gran árbol que estaba lejos de su castillo. Decidió dormir unas cuantas horas, pues se había escapado de día y para poder seguir tenía que ser de noche. Eran ya más de las dos de la madrugada cuando decidió salir. Cuando salió, empezó a correr, tenía miedo de que la pillaran. En su camino, encontró un caballo pero no llegó muy lejos, el caballo estaba enfermo y se murió cuando Antonieta estaba durmiendo. Cuando se despertó y vio que el caballo estaba muerto ni siquiera se paró a pensar en que hacer, empezó a caminar. Llegó a un país desconocido. Mató al gobernador y pronto empezó a gobernar ella y a entrenar a sus soldados.
Estaba encerrada en su cuarto y decidió, tras pensarlo una y otra vez, matar a su padre. Al día siguiente, comunicó a los soldados que iban a partir dentro de muy poco tiempo. Los soldados dedicaron ese tiempo a entrenar. A los dos días salieron hacia el país de la gobernadora, como la llamaban ellos. Tardaron varias semanas en llegar. Cuando llegaron, fueron directos a donde vivía el rey y lo amarraron para que la gobernadora decidiera qué iba a hacer. Encontraron a la reina y la llevaron a donde estaba la gobernadora, y allí se quedaron las dos hablando. La reina le contó que el rey la tenía encerrada porque decía que ella era la culpable de que Antonieta se hubiera escapado. Magdalena Matilda, la madre de Antonieta tenía moratones por los brazos, decía que Anthony la maltrataba. Magdalena Matilda no había reconocido a Antonieta.
Antonieta, llena de furia salió corriendo hasta donde tenían encerrado al padre. Cuando lo vio le dio pena pero pensó que si lo encerraba, lo tenía a pan y agua y le pegaba iba a pagar lo que le había hecho a ella y a su madre.
Antonieta mandó a los soldados a que se fueran a buscar sus pertenencias porque a partir de ese día, todos se iban a quedar allí y tenían que convivir con los soldados que tenía su padre. Los soldados salieron a las cinco de la mañana y en tres semanas llegaron a sus casas, empezaron a empacar con gran rapidez y salieron hacia Rusia, donde la gobernadora tenía su castillo. Tardaron otras tres semanas en llegar a Rusia.
Al principio se le asignaron cuartos en el castillo, pero la reina mandó a hacer casas para ellos, les dio la libertad de hacerla como ellos quisieran. Los soldados tenían tanta prisa por acabar que apenas dormían. Cuando tuvieron terminadas sus casas, empezaron la mudanza.
Un día, llegó Abraham, el vigilante que le había puesto Anthony a Antonieta antes de que se escapara. Tuvieron una larga charla, pues él era su mejor amigo en esos tiempos. Antonieta no entendía por qué su mejor amigo la había traicionado. Abraham le dijo que fue porque el, en esos tiempos, estaba enamorado de ella y Anthony le prometió que si la vigilaba, mataba a Mateo y él se casaría con Antonieta.
Antonieta salió enfurecida hacia donde estaba su padre y le reprochó todo lo que le había hecho sufrir. Mandó llamar a uno de sus mejores soldados y mandó matar a su padre.
Antonieta fue a donde estaba su madre, y le contó que ella era su hija, que se había escapado para no seguir sufriendo, pero el llegar y verla a ella toda amoratada le dolía más que diez años de castigo para ella.
Magdalena Matilda le dijo a Antonieta que soltara a Anthony, pero ella le dijo que lo había mandado matar. Magdalena Matilda estaba triste porque al fin y al cabo eran muchos años de matrimonio. Antonieta le dijo a su madre que no llorara, que Anthony no se merecía ni una sola de sus lágrimas y así lo hizo. Por fin podía respirar, pues ya no tenía que estar aterrorizada esperando a que llegara y le diera otra paliza sin razón, solo porque a él le daba la gana.
Antonieta acabó olvidando a Manuel y se casó con Abraham. Magdalena Matilda se casó con uno de los soldados más viejos y ya retirados.
Ya no se les podía llamar soldados porque después de la muerte de Anthony, se acabaron las guerras, ya no había combates.
A los cinco años de haberse casado Antonieta con Abraham, murieron Magdalena Matilda y su marido. A Antonieta le costó recuperarse de la muerte de su madre, pero gracias a Abraham había conseguido superarlo.

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