Era verano y me iba de vacaciones a Bulgaria con mi prima durante 1 mes más o menos, lo que no sabía es que aquel viaje iba a ser tan largo. El día había llegado era la hora de comenzar el viaje hacia unas regiones desconocidas, estábamos muy emocionadas por ver aquel hermoso país. Cuando llegamos al aeropuerto, fuimos a la cafetería a comer algo ya que con los nervios nos habíamos olvidado de desayunar, terminamos y bajamos por la escalera, para entregar los papeles y nuestros datos para poder viajar.
Nuestras grandes maletas ya estaban en la cinta en camino de ser transportadas hacia el avión, pasamos por el detector de metales y esperamos hasta que nos llamaron para embarcar por la puerta dos. Salimos de allí en dirección hacia el avión, subimos las escaleras y nos sentamos en uno de los asientos de delante cerca de la puerta del piloto. Yo como siempre me pelee por sentarme al lado de la ventana claro que al final acabe sentándome yo, mi prima estaba algo nerviosa iba hacer un viaje muy interesante. El avión había comenzado a despegar, después de muchísimas horas habíamos llegado a nuestro destino, muy contentas nos dirigimos hacia el hotel (Crystal Palace Boutique Hotel), por cierto un hotel precioso. Llegamos muy cansadas así que el primer día lo llevamos a votación y nos quedamos durmiendo, el segundo después de desayunar nos fuimos a pasear por una parte de aquel país tan misterioso y gratificante. Estábamos por Sofía una parte de Bulgaria muy mítica, decidimos ir a algún sitio famoso de Sofía y nos decantamos por visitar un antiguo monasterio con una historia muy peculiar. Al salir de allí me quede en mi mundo todo lo que había visto allí me había sorprendido mucho pero la historia era lo que mas me había dejado incrédula. A mi prima simplemente le había parecido una historia muy interesante pero es que a mi me daba la impresión de que aquella historia tenia algo más que esconder, no me paraba de rondar la cabeza aquellas palabras del monje de aquel siniestro monasterio. Después de haber estado por Sofía dando paseos por sus plazas, calles, y parques decidimos volver al hotel ya que se estaba oscureciendo, cenamos una comida típica de Bulgaria. El menú del hotel en aquella noche consistía en el primer plato que se llamaba Cerdo kavarma kebap uno de los platos mas típicos de Bulgaria, el segundo ensalada de shopska otro plato muy conocido por la región, y el postre el mejor de los platos que nos habían puesto cuyo nombre es ralitsa. Cuando acabamos de cenar nos fuimos a la cama que como era de esperar yo poco pude dormir con aquella historia en la cabeza, ya parecía que me estaba volviendo loca. Yo en medio de la noche me fui hacia el monasterio, no había ningún tipo de luz, todo estaba en silencio menos mi cabeza que no paraba de oír voces, allí observe que mi prima estaba en el patio trasero cubierta de sangre, yo estaba incrédula pero si mi prima estaba en el hotel como apareció allí, yo cuando me recupere decidí ir a ver si estaba bien. Me acerque y note que no respiraba le tome el pulso no tenía, como podía ser mi prima muerta en nuestras vacaciones de ensueño, era imposible. Fui a buscar ayuda pero la verdad es que aquellas horas no había nadie por allí, claro que gente va haber en un monasterio a las tres de la mañana. Yo no sabia que hacer así que intente llamar a la policía pero como yo no sabia hablar búlgaro decidieron pasarme a un policía que resultaba que hablaba inglés, y bueno yo me sabía defender un poco en ese idioma. Aunque fue muy clara ya que yo tampoco era una experta le dije que me ayudara por favor y la dirección de donde me encontraba yo y el cadáver de mi prima, cuando acabe de hablar por el móvil me di la vuelta e intente reflexionar porque el cuerpo de mi prima ya no estaba en el patio. Mire hacia una esquina del monasterio y vi a un monje con el cuerpo de mi prima y le pregunte ¿Qué hacia con el cuerpo de mi prima?, el contestó que lo iba a llevar a la parte atrás con los demás, ¿Con los demás? Me llevo al cobertizo o a algo parecido y me quede sin palabras había una montaña de cuerpos en aquel lugar, el monje salio de allí pero yo no me tranco la puerta y no me dejo salir, suerte que había una ventana por donde pude escapar, pero lo que jamás pude fue acordarme de aquel viaje. Sabía que mi prima no volvería jamás, aunque desconocía la causa de su desaparición ya que me había olvidado de todo lo que sucedió en el viaje. Yo he tenido siempre la sensación de que Bulgaria me había quitado una de las cosas que más quería y de una forma aterradora.
Nuestras grandes maletas ya estaban en la cinta en camino de ser transportadas hacia el avión, pasamos por el detector de metales y esperamos hasta que nos llamaron para embarcar por la puerta dos. Salimos de allí en dirección hacia el avión, subimos las escaleras y nos sentamos en uno de los asientos de delante cerca de la puerta del piloto. Yo como siempre me pelee por sentarme al lado de la ventana claro que al final acabe sentándome yo, mi prima estaba algo nerviosa iba hacer un viaje muy interesante. El avión había comenzado a despegar, después de muchísimas horas habíamos llegado a nuestro destino, muy contentas nos dirigimos hacia el hotel (Crystal Palace Boutique Hotel), por cierto un hotel precioso. Llegamos muy cansadas así que el primer día lo llevamos a votación y nos quedamos durmiendo, el segundo después de desayunar nos fuimos a pasear por una parte de aquel país tan misterioso y gratificante. Estábamos por Sofía una parte de Bulgaria muy mítica, decidimos ir a algún sitio famoso de Sofía y nos decantamos por visitar un antiguo monasterio con una historia muy peculiar. Al salir de allí me quede en mi mundo todo lo que había visto allí me había sorprendido mucho pero la historia era lo que mas me había dejado incrédula. A mi prima simplemente le había parecido una historia muy interesante pero es que a mi me daba la impresión de que aquella historia tenia algo más que esconder, no me paraba de rondar la cabeza aquellas palabras del monje de aquel siniestro monasterio. Después de haber estado por Sofía dando paseos por sus plazas, calles, y parques decidimos volver al hotel ya que se estaba oscureciendo, cenamos una comida típica de Bulgaria. El menú del hotel en aquella noche consistía en el primer plato que se llamaba Cerdo kavarma kebap uno de los platos mas típicos de Bulgaria, el segundo ensalada de shopska otro plato muy conocido por la región, y el postre el mejor de los platos que nos habían puesto cuyo nombre es ralitsa. Cuando acabamos de cenar nos fuimos a la cama que como era de esperar yo poco pude dormir con aquella historia en la cabeza, ya parecía que me estaba volviendo loca. Yo en medio de la noche me fui hacia el monasterio, no había ningún tipo de luz, todo estaba en silencio menos mi cabeza que no paraba de oír voces, allí observe que mi prima estaba en el patio trasero cubierta de sangre, yo estaba incrédula pero si mi prima estaba en el hotel como apareció allí, yo cuando me recupere decidí ir a ver si estaba bien. Me acerque y note que no respiraba le tome el pulso no tenía, como podía ser mi prima muerta en nuestras vacaciones de ensueño, era imposible. Fui a buscar ayuda pero la verdad es que aquellas horas no había nadie por allí, claro que gente va haber en un monasterio a las tres de la mañana. Yo no sabia que hacer así que intente llamar a la policía pero como yo no sabia hablar búlgaro decidieron pasarme a un policía que resultaba que hablaba inglés, y bueno yo me sabía defender un poco en ese idioma. Aunque fue muy clara ya que yo tampoco era una experta le dije que me ayudara por favor y la dirección de donde me encontraba yo y el cadáver de mi prima, cuando acabe de hablar por el móvil me di la vuelta e intente reflexionar porque el cuerpo de mi prima ya no estaba en el patio. Mire hacia una esquina del monasterio y vi a un monje con el cuerpo de mi prima y le pregunte ¿Qué hacia con el cuerpo de mi prima?, el contestó que lo iba a llevar a la parte atrás con los demás, ¿Con los demás? Me llevo al cobertizo o a algo parecido y me quede sin palabras había una montaña de cuerpos en aquel lugar, el monje salio de allí pero yo no me tranco la puerta y no me dejo salir, suerte que había una ventana por donde pude escapar, pero lo que jamás pude fue acordarme de aquel viaje. Sabía que mi prima no volvería jamás, aunque desconocía la causa de su desaparición ya que me había olvidado de todo lo que sucedió en el viaje. Yo he tenido siempre la sensación de que Bulgaria me había quitado una de las cosas que más quería y de una forma aterradora.