lunes, 19 de enero de 2009

Puerto Naos




Eran las fiestas en la playa de Puerto Naos. Mis amigos y yo íbamos a ir juntos a la fiesta, como Carlos tenía coche nos iba a recoger a mi y a mi hermana Lucía. Carlos tenía que pasar a recoger primero a Sergio por lo que teníamos tiempo de prepararnos ya que la casa de Sergio está muy lejos de la mía. Yo y Lucía estábamos muy emocionadas porque para nosotras esa era la mejor fiesta que había.
Cuando Carlos llegó a buscarnos vimos que Sergio no venía con el y le preguntamos que donde estaba Sergio y nos dijo que Sergio lo había llamado y le había dicho que se sentía mal y que no iba a ir a la fiesta, lo que nos pareció un tanto extraño porque era el que estaba más emocionado con la fiesta, le enviamos un mensaje para decirle que se mejorara pero no nos contestó, pensamos que no tendría saldo en el móvil y nos fuimos a la fiesta los tres.
La fiesta estuvo muy bien y nosotros nos lo pasábamos en grande, cuando eran las seis y pico de la mañana quedaba poca gente… nosotros como somos los más fiesteros nos íbamos siempre cuando ya no quedaba nadie.
Cuando vimos que ya no quedaba nadie y nos disponíamos a irnos vimos que alguien se acercaba a la playa misteriosamente, era una hombre, o eso parecía, que iba todo de negro y no se le veía la cara, iba cargando un gran saco, nosotros nos escondimos detrás de las palmeras para ver que hacía ese individuo. Fue cuando vimos a otra persona que se acercaba a la persona que tenía el saco, iban vestidas exactamente igual parecía que discutían y les oímos decir algo de la policía cuando escuchamos eso nos asustamos mucho pensando en que nos podrían ver y hacernos daño, luego vimos que tiraban el gran saco en el mar y salían corriendo hacía un coche negro. Cuando vimos que el coche se alejaba fuimos corriendo para coger el saco antes de que el mar lo arrastrara. Carlos se tiró a cogerlo y lo arrastró hacia la arena, lo abrimos y nos quedamos paralizados cuando vimos un cadáver ensangrentado fue cuando nos dimos cuenta de que era nuestro amigo Sergio, yo y mis amigos empezamos a llorar sin saber que hacer ni que pensar. Después Carlos llamó a la policía y cuando llegó le explicamos todo lo sucedido. Nosotros estábamos muertos de miedo y muy tristes por la muerte de nuestro amigo, no sabíamos porque lo habían matado, teníamos muchas preguntas sin respuestas...
La policía nos había dicho que tenían que investigar.
Pasaron unos días y no recibíamos respuesta de la policía, entonces decidimos actuar nosotros, no podíamos quedarnos de brazos cruzados sabiendo que el asesino de nuestro amigo estaba por ahí suelto, pero no sabíamos por donde empezar, entonces lo que hicimos fue ir a su casa e investigar en su ordenador para ver si encontrábamos algo.
Miramos los historiales de las conversaciones pero nada, miramos las fotos que tenía y encontramos una foto donde salía él con otro chico que a nosotros no nos sonaba de nada, pensamos en hablar con ese chico por si él supiera algo del tema. Encontramos su correo electrónico y lo agregamos para hablar con él.
Quedamos con él, y el nos explicó que nuestro amigo estaba metido en el tráfico de drogas, nos quedamos sorprendidos porque nosotros no sabíamos eso. Pensamos en que las personas que lo habían matado podrían haber sido traficantes.
Le contamos todo a la policía y ellos nos dijeron que ya tenían idea de quienes podrían ser, que los andaban buscando desde hace tiempo pero no tenían pruebas para arrestarlos.
Después de unas semanas nos informaron de que habían encontrado pruebas en el maletero del coche y la pistola con la que lo habían matado, sí habían sido ellos quienes habían matado a Sergio.
Los metieron en la cárcel por el asesinato y por el tráfico de drogas.
Todavía hoy después de diez años ellos siguen en la cárcel, pero les queda poco tiempo de condena…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

no se si podre dormir con ese final

Anónimo dijo...

jooooo eres muyyy cruel.tu historia es bastante realista :`(
xaoo

Anónimo dijo...

esta muy bien, tienes baastante imaginacion