lunes, 16 de febrero de 2009

Asesinatos en Garafía...




Érase una vez, un grupo de amigos palmeros nos reunimos en una fiesta y decidimos recorrer la isla empezaríamos por Barlovento y acabaríamos en ese mismo lugar después de recorrer la isla por el Camino Real de la Costa, hacer la Ruta de Los Volcanes y la Ruta del Bastón.
Empezamos una semana después de la fiesta cuando hubimos descansado y preparado la comida, ropa y dinero, quedamos a las 4 en La Laguna y allí nos fuimos presentando Manolo, Pedro, Antonio y yo, Garbo. Pero faltaba uno, José, no le dimos importancia porque pensábamos que se había rajado en el último momento, ya que la ruta era muy dura y no sabíamos cuanto tardaríamos. Empezamos pues a caminar y, al poco rato, cuando íbamos siguiendo el sendero que iba a Garafía, encontramos una bota y un poco más lejos un cuchillo ensangrentado clavado en la tierra, seguimos el rastro de sangre que daba al barranco y vimos un cadáver descuartizado sobre un árbol, era evidente que estábamos ante un asesinato y el cadáver no era el de otro sino el de José al que nosotros habíamos estado esperando pero,… ¿cómo podía haber ocurrido este asesinato si el no había empezado la ruta? Estábamos preocupados por ello y por eso yo y Antonio decidimos investigar por nuestra cuenta al margen de la policía a la que habíamos llamado y que llegaría al día siguiente. Por eso y porque estaba anocheciendo decidimos quedarnos a dormir en nuestras tiendas de campaña al calor de una hoguera, Manolo y Pedro durmieron en una y Antonio y yo en otra, estuvimos varias horas hablando y llegamos a la conclusión de que José había sido asesinado y descuartizado por alguien cercano a él y después había sido arrojado al barranco. - ¡Oaaahhh! ¡Qué sueño tengo!- le dije a Antonio.- Vámonos a dormir y así lo hicimos…
A la mañana siguiente, después de levantarnos y de desayunar, fuimos a la zona del crimen a esperar a que llegara la policía, pero cuando llegamos cuál no sería nuestra sorpresa cuando vimos que el cadáver había desaparecido y no quedaba ni un rastro de sangre. - ¡Qué raro! – exclamé- ¿Qué habrá pasado con el cadáver de José? Cuando llegó la policía le contamos lo ocurrido y no nos creyeron, todos estábamos tristes pero decidimos seguir haciendo la ruta, Manolo y Pedro iban delante y Antonio y yo detrás, cuando llevábamos un rato caminando, Antonio y yo nos adelantamos porque íbamos a un ritmo más rápido y por eso tuvimos que esperar a Manolo y Pedro en un claro del camino, esperamos, esperamos y esperamos por lo menos una hora y no llegaban por eso decidimos ir a buscarles, cuando llevábamos un cuarto de hora caminando encontramos a Manolo tan tranquilo caminando y le preguntamos por qué había tardado tanto y dónde estaba Pedro, nos dijo que habían estado recogiendo setas y que después Pedro había estado atendiendo una llamada, por eso fuimos a buscarle, cuando llegamos a la zona no lo encontramos y nos acostamos a descansar debajo de un árbol, todo iba bien hasta que Antonio notó que le cayó algo en la frente desde el árbol, se tocó y vio que era sangre miró hacia arriba y vio un cadáver en el árbol, todos nos asustamos pero decidimos bajar el cadáver y era el de Pedro también descuartizado.
Esta vez no llamamos a la policía y lo dejamos allí, nos fuimos a dormir porque ya era tarde, Manolo durmió solo y Antonio y yo no pegamos ojo hablando de todo lo que estaba pasando, los dos confiábamos el uno en el otro desde pequeños porque siempre habíamos sido amigos y llegamos a la conclusión definitiva de que el autor había sido Manolo, por lo que a la mañana siguiente le acorralamos y le preguntamos sobre lo ocurrido, lo confesó todo, dijo que había asesinado a José porque siempre lo había envidiado y él sólo sabía chulearse para que lo envidiara más y que había matado a Pedro por encubrir el asesinato, lo que él no sabía era que los que sabíamos quién era el asesino éramos Antonio y yo, de repente y antes de que Antonio se diera cuenta, Manolo lo apuñaló por la espalda, murió al instante y yo lo vengué, me lancé encima de él le quité el cuchillo y lo apuñalé, todo había acabado, recogí las cosas y volví a casa porque no quería seguir caminando sólo.
Al día siguiente publicaron la noticia en todos los periódicos sobre que un cabrero había encontrado varios cuerpos sin vida asesinados en Garafía, no le di importancia y decidí olvidarlo todo y empezar una nueva vida, lo último que hice fue escribir esta historia, y ya lo saben, no debéis confiar demasiado en alguien pues ese alguien puede provocar mucho mal.
Garbo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

por que todo lo malo pasa en garafía

Anónimo dijo...

no caminastes máss porque no querias ir solo que sino... jajajaj