martes, 20 de enero de 2009

Me dijo adiós



Me dijo adiós
4 de diciembre, era un día cualquiera, ella se encontraba acurrucada en el suelo de su cuarto justo debajo de la ventana, en la pared de la habitación que se situaba en frente de ella, se reflejaban los pocos rayos de sol de un día de diciembre a la 7 de la tarde que conseguían traspasar la casa del al lado. Con su llanto, se entretenía mirando aquella pared que simplemente era blanca.
¿Por qué lloraba? No se sabe pero no parecía tener ganas de levantarse, ni siquiera de pensar.
La casa parecía silenciosa, pero ella lloraba en su interior, triste y callada.
De repente, sonaron unas campanas que provenían de fuera entonces se levantó, luego, abrió la ventana. El día estaba nublado, faltaba poco para que empezase a llover y dejando asomar la mano, una diminuta gota cayó encima, inmediatamente después empezó a llover y entonces sonrió, había dejado su llanto en el baúl de las cosas que se dejan para más tarde, ahora el tiempo lloraba por ella.

Tiempo después, ya se encontraba en la terraza, encharcada de la cabeza a los pies, contemplaba la lluvia de una manera un tanto extraña, desde arriba. Luego, sonó el teléfono y fue a cogerlo.
-Diga, con quien hablo – dijo el que llamaba
-Soy Mariela – contestó ella
-Hola Mariela soy el doctor Torres, de la clínica de Dulniera
-A sí, ya y dígame, ¿qué ocurre?
-Tengo que comunicarle algo que le va a sentar mal, su padre Vurluer, ha fallecido, lo sentimos muchísimo, por favor, si usted quiere verlo antes de llevarlo a hacerle la autopsia, puede hacerlo.
-… ya lo sabía, me llamó antes, para despedirse de mí, pero gracias por su comunicado, iré ahora mismo al hospital- y colgó

El doctor no había acabado de entender las palabras de Mariela, cómo pudo haberla llamado, si hacia unas semanas que se hallaba en coma por motivos que aun se desconocían.


En casa de Mariela, ya no había nadie, se había ido al hospital.
Al llegar el doctor la acompañó a la habitación donde se hallaba su padre fallecido
- ¿Cree usted que pudo haberse tratado de un asesinato?, el comisario dijo que era lo más probable, mi padre era un hombre que creía mucho en espíritus y en cosas de esas y además tenía muchos enemigos, no sería muy difícil que ocurriera algo así.- preguntó Mariela
- No lo sabemos todavía con certeza pero, parece ser una muerte bastante rara, creo que el comisario no tardada en llamarla para hablar con usted. - contesta el doctor.

Luego, después de haber llevado al padre de Mariela hacer la autopsia, Mariela regresó a su casa.
A las 11 de la mañana del día siguiente el comisario llama a Mariela para decirle que pasase por la comisaría para hacerle unas preguntas, ya tenían los primeros resultados, la muerte de su padre había sido adrede, alguien le había inyectado algo que le había llevado al coma y luego a la muerte.
Mariela extrañada pensaba, “pero el no me había dicho nada cuando se despidió”. Se levantó, se vistió y se fue en dirección a la comisaría.
En la comisaría el comisario y un compañero le contaron, que más que un asesinato parecía un suicidio y le hicieron unas preguntas
-¿Sabía usted que clase de vida llevaba su padre?
-¿cree que alguien quiso matar a su padre?
-¿sospecha de alguien? Si es así ¿quién crees que pudo haber sido?
Ante tantas preguntas, Mariela se encontraba muy mareada, se quiso levantar y pedir permiso para salir a que le diera el aire pero se desmayó. De repente se hallo en su cuarto en la cama y sonó el teléfono, Mariela desconcertada se levantó y un poco asustada lo cogió. Al otro lado del teléfono le hablaba su padre, estaba despidiéndose de ella, pero algo le resultaba familiar a Mariela, y es que su padre le contaba exactamente las mismas palabras que la última vez que la había llamado y sin dudarlo le preguntó a su padre.
- Papá ¿Qué día es hoy?
- 4 de diciembre, hija…
- ¿y por qué te mueres?
- hija, tengo que decirte algo muy importante y es que no abras la puerta a nadie, ahora viene también a por ti, no salgas de casa, y llama a tu madre, corre
-¿pero quién?, ¿qué ocurre?, ¿por qué es hoy 4 de diciembre?, ¿estoy soñando?
- hazme caso y no abras las puertas ni las ventanas, quien me mató fue el espíritu de mi hermano gemelo.
- ¿qué?
Y colgó ni si quiera le dio tiempo a que Mariela le preguntase
Bueno – pensó – he debido de soñar todo esto, ya sé, seguro que fue una premonición, tuve una hace tiempo, pero ¿Qué no abra la puerta ni las ventanas?,¿qué llame a mi madre?-
No acababa de entender aquella situación ¿por qué tenía que hacer todo aquello? un montón de preguntas le ahogaban la cabeza y de pronto sonó el timbre, y se escucha al otro lado de la puerta
- Soy yo, Ana, tu vecina, abre que tengo que contarte algo.
Mariela miró por el cerrojo y al otro lado estaba… Ana, entonces se dijo “bueno, es Ana, ¿qué me a de pasar?”- y abrió
-¿Ana?
Y una voz de hombre le contestó – si…soy Ana, Mariela eres un poco estúpida pero sé que llevarás bien este mensaje a tu padre, dile que no soy su hermano gemelo, ni mucho menos un espíritu
Y la mató.

Un mes después
El comisario le hizo unas preguntas a Ana que se hallaba al otro lado de la mesa.
-¿Y dice usted que vio el crimen?
-Bueno, mas que el crimen, el suicidio, estaba en la ventana de mi casa, porque resulta que yo vivo justo en frente de ella, y paso que, no me va a creer pero, ella abrió la puerta y parecía hablar con alguien, luego cogió algo de su bolsillo y sin mas se disparó.
No sabía por qué, pero el comisario ya había escuchado versiones parecidísimas, en las que la gente vio a Mariela suicidándose en la puerta de su casa con una pistola y como no se hallaron huellas de ningún tipo en la pistola, ni siquiera de Mariela, creyeron que se sentía mal por la muerte de su padre…

La policía nunca llegó a resolver el caso.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

esta muy bien, tienes mucha imaginacion.

Anónimo dijo...

Está muy wapo!!!!La verdad esque tienes mucha imaginación!!!^^

Anónimo dijo...

Está bastantee biien! Me gustó sobre todo el final!

Anónimo dijo...

a mi tambien me gusta el final y todo el testo pero me gusta mas el final