lunes, 3 de noviembre de 2008

La historia de Adrián


Mis primeros recuerdos son de cuando tenía cuatro años. Yo vivía en una pequeña montaña llamada La Centinela con mis padres, mi hermano y mi abuela. Teníamos una casa más o menos pequeña pero acogedora.
En aquellos tiempos siempre estaba con mis amigos: Airam, Rubén y Antonio jugando al fútbol. ¡Que buenas tardes pasábamos! Pero un día ocurrió una desgracia… Volvió de Cuba el vecino, Juan, y se encontró con lo que era su huerto de papas convertido en un campo de fútbol, muy enfadado cogió un palo para darnos una lección. Nosotros muy asustados salimos corriendo, cuando íbamos llegando a mi casa Rubén se tropezó con la raíz de un árbol y entonces el hombre muy enfadado lo agarró por los pelos y le dio tres palos por las costillas. Él pobre lloraba sin cesar. Es una de las cosas de mi infancia que mas recuerdo.Empecé trabajando cargando piñas en la finca de un tío mío. Trabajaba desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde. Ganaba una miseria, apenas me daba para comer. Un día tuve la oportunidad de irme a Venezuela a casa de unos parientes que me ofrecieron un trabajo como conductor de camiones. Allí pasé más de treinta años. Hice una pequeña fortuna con la que volví a mi tierra. Y ahora estoy aquí jubilado con ochenta y cinco años, rodeado de mis nietos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

parece ser, que ahora esta mucho mejor que antes, el viejo me refiero, eso es bueno, aunque tener una vida asi no es presisamente "una vida de ensueño"